El movimiento estudiantil amplifica el mensaje de la comunidad científica que lleva varias décadas insistiendo en la urgencia de actuar. Ante una indiferencia y unos intereses cortoplacistas de las generaciones en el poder, el resultado ha sido la declaración de situación de emergencia, presentándose un panorama desolador. Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, quedan menos de 10 años para reducir el 50% de las emisiones de CO2 y evitar un punto de no-retorno. Desde 'Juventud por el Clima' advierten que "cuanto más tardemos en ejecutar todos los cambios necesarios, y más tiempo se pierda discutiendo qué y quién se hace cargo de promoverlos, menos probabilidades tendremos de salir de este atolladero".
Además inisiten en que "no se trata de que se reúnan con nosotros, se trata de asegurar lo antes posible lo que necesitamos las generaciones presentes y futuras, sin medidas de escaparate ni trampas cortoplacistas. Se trata de que oigan los gritos de las calles, siendo conscientes de que si hicieran bien su trabajo, que es el de proteger y velar por la ciudadanía, no sería necesario el ruido que se está formando".
Una vez más el futuro de estos jóvenes está en juego, y los poderes políticos están negociando con él. Por lo tanto este Fridays For Future exige urgentemente la formación de un gobierno decidido a afrontar los retos que plantea la emergencia climática y ecológica, desde la justicia climática. Para que esto ocurra, se necesitan cargos políticos que digan la verdad, con voluntad de ir en la dirección adecuada, y decididos a tomar medidas justas y eficaces contra la crisis que vivimos.