India tiene un problema de residuos plásticos, generando 26.000 toneladas diarias, según datos del Central Pollution Control Board (CPCB). Si viajamos al estado nororiental de Assam, concretamente a Pamohi, descubrimos que la gente quema los plásticos para mantenerse caliente en los duros inviernos de las estribaciones del Himalaya. Gracias a las noticias del Foro Económico Mundial, conocemos la historia de Parmita Sarma y Mazin Mukhtar que acontecieron estos hábitos recientes de la quema de residuos plásticos y se lanzaron a la aventura hace tres años para crear en esta zona, la Escuela de la Fundación Akshar, en la que piden a los padres que paguen los gastos escolares de sus hijos con residuos plásticos.
Mukhtar dejó su carrera como ingeniero aeronáutico para trabajar con familias desfavorecidas en Estados Unidos antes de volver a la India, donde conoció a Sarma, un graduado en trabajo social. Juntos, desarrollaron la idea de crear una escuela que pidiese a cada alumno al menos 25 artículos cada semana para suplir las tasas escolares. Aunque la fundación es una organización benéfica que se financia a través de donaciones, las cuotas generadas con los desperdicios de plástico sirven para fomentar el sentimiento de pertenencia a la comunidad.
La escuela tiene ahora más de 100 alumnos, un espacio que no sólo está ayudando a mejorar el medio ambiente local, sino que también ha comenzado a transformar las vidas de las familias locales porque se reduce el trabajo infantil. Gracias al sistema educativo implantado, los niños evitan dejar la escuela a una edad temprana para trabajar en las canteras locales por 2,50 dólares al día, porque los alumnos más mayores obtienen una remuneración por enseñar a los más pequeños de la escuela y a medida que estos alumnos progresan académicamente, sus salarios aumentan. En esta escuela, les enseñan a administrar el dinero, y reciben lecciones prácticas sobre los beneficios financieros de recibir una educación. De esta manera, las familias pueden permitirse mantener a sus hijos en la escuela por más tiempo.
El proyecto se ha inspirado en la filosofía de educación básica de Mahatma Gandhi y por eso el currículo de Akshar mezcla la formación práctica con las asignaturas académicas convencionales. La educación práctica incluye aprender a instalar y mantener paneles solares y ayudar a administrar el negocio de jardinería de la escuela, que sirve para mejorar los espacios públicos locales. Además de las clases prácticas, la escuela se ha asociado a una organización benéfica de tecnología educativa para proporcionar a los alumnos, ordenadores, tablet y materiales didácticos interactivos para mejorar su alfabetización digital.
Fuera del aula, los alumnos también dirigen un refugio para animales, rescatando y curando a los perros heridos o abandonados antes de encontrarles un hogar en la localidad y participan en el centro de reciclaje de la escuela que produce eco-ladrillos que luego se utilizan en proyectos de construcción de la localidad.
Los fundadores ya están extrapolando la idea cerca de la capital, Nueva Delhi, ayudando a revertir una escuela de bajo rendimiento en sólo seis meses a través de las becas para la Reforma Escolar de Akshar que planea ahora añadir cinco escuelas más el próximo año, con un objetivo final: transformar las escuelas públicas de la India.