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Para visibilizar esta denuncia, esta empresa de impacto social ha lanzado una campaña basada en un experimento protagonizado por botellas de agua con el impactante efecto de incluir armas de guerra en su interior. Cada año, 3,5 millones de personas mueren en el mundo por no tener acceso a agua potable o por enfermedades relacionadas con el agua.

El World Water Council calcula que cerca de 4.500 niños fallecen cada día por las mismas causas. De este modo, la falta de agua se ha convertido en un arma devastadora que causa más mortalidad que la peor de las guerras. La lucha por controlar este recurso ha causado cerca de 300 conflictos bélicos en los últimos 60 años, según The World’s Water; en 2017, la sequía provocó la peor crisis humanitaria conocida desde la Segunda Guerra Mundial, en la que 20 millones de personas estuvieron al borde de la inanición; y en 2030 se prevé que hasta 700 millones de personas corran el riesgo de ser desplazadas como consecuencia de la sequía…

Con el fin de llamar la atención sobre esta grave y acuciante problemática, la empresa social AUARA ha lanzado la campaña ‘La falta de agua es un arma mortal’, con la que se suma a las acciones impulsadas por Naciones Unidas con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo. A través de una cámara oculta, se ha podido comprobar el efecto que esas botellas causaban entre los usuarios de diferentes lugares públicos

El experimento se ha realizado en Madrid, con los empleados de empresas ubicadas en el Centro de Innovación BBVA Open Space mediante una máquina de vending de Selecta, con los clientes del grupo de restauración Makkila y con los compradores de la cadena de supermercados de alimentación ecológica Veritas (todas ellas son empresas colaboradoras de AUARA).

Tras la extrañeza y el impacto inicial, los usuarios se animan a desactivar esa “arma”, tirando del cintillo rojo que separa el plástico transparente con la imagen del arma, dejando la botella con su aspecto habitual. De este modo, simbólicamente se hace referencia al papel activo que cada individuo tiene a la hora de contribuir para hacer del agua un derecho universal para todos, en lugar de un arma mortal.

“Con esta campaña hemos querido visibilizar los graves problemas que la escasez de agua causa en el mundo, siempre con mayor incidencia en las personas más desfavorecidas. Nuestras botellas son el medio para transmitir nuestro fin social, nuestra razón de existir, que no es otra que proporcionar agua potable a quien no la tiene; y el apoyo de todas las empresas y los ciudadanos que nos eligen nos permite hacerlo realidad cada día”, asegura Antonio Espinosa de los Monteros, cofundador y CEO de AUARA.

Luis de Sande, cofundador y director financiero de la compañía, sostiene:“Con poco más de 1.500 euros podemos construir un pozo en India, con unos 1.800 euros podemos instalar un tanque de recogida de agua de lluvia en Kenia. El esfuerzo mínimo que para nosotros representa el precio de una botella de agua puede convertirse en un efecto mariposa que salve la vida de miles de personas”.

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