Hay que recordar que hasta 2030 se necesitarán aproximadamente 6,2 billones de euros anuales de inversión en infraestructuras con bajas emisiones de carbono, como energía, transporte, edificios e instalaciones hidráulicas para limitar el calentamiento de la tierra a 2°C, de modo que el objetivo de incrementar la financiación sostenible reviste especial importancia. Solo en la Unión Europea, el logro de unos objetivos en materia de energía y clima que respeten el Acuerdo de París requerirá una inversión anual adicional de 180.000 millones de euros entre 2021 y 2030 en comparación con la situación actual. Los cada vez más limitados fondos públicos no cubrirán estas necesidades de inversión. La Comisión proseguirá sus esfuerzos para mantener una sólida cooperación internacional en materia de finanzas sostenibles, colaborando estrechamente con todos los socios internacionales pertinentes, con el objetivo de lograr una mayor armonización de los distintos marcos y herramientas de la política de servicios financieros que incorporan la sostenibilidad en el sector financiero.
El pasado mes de enero, la Comisión Europea aprobó el Documento de reflexión: Hacia una Europa sostenible en 2030, donde se afirma que la UE debe mejorar su competitividad, invertir en crecimiento sostenible y animar a gobiernos, instituciones y ciudadanos a actuar, abriendo camino al resto del mundo. Partiendo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, este documento enumera los factores clave para la transición hacia la sostenibilidad y plantea tres escenarios sobre la mejor manera de avanzar en pos de los ODS.
En primer lugar, una estrategia global de la UE en materia de ODS que oriente todas las acciones de la Unión y los Estados miembros. Las instituciones de la UE y los Estados miembros, incluidas las administraciones regionales y locales, trabajarán de común acuerdo para garantizar una mejor coordinación. Para supervisar los avances, se introducirá un procedimiento de aplicación que fijará objetivos intermedios de aquí a 2030.
En segundo lugar, la Comisión seguirá integrando los ODS en todas las políticas pertinentes de la UE, dejando las medidas concretas a discreción de los Estados miembros. Así, los ODS seguirán inspirando la toma de decisiones políticas de la Comisión y orientarán la elaboración de la estrategia de crecimiento para después de Europa 2020, sin excluir otras prioridades políticas ni forzar la mano a los Estados miembros a la hora de cumplir los ODS colectivamente y en toda la UE. Este planteamiento dejaría mayor libertad a los Estados miembros, incluidas las administraciones regionales y locales, para decidir si ajustan su actuación a los ODS y de qué manera.
Por último, centrar más la atención en medidas exteriores, al tiempo que se consolida la actual ambición de la UE en materia de sostenibilidad. En materia de ODS, la UE es pionera en numerosos aspectos. Podría basarse en esta experiencia para introducir nuevas mejoras y ayudar a otros países de todo el mundo a seguir avanzando. La UE podría optar por promover sus normas medioambientales, sociales y de gobernanza de forma más resuelta, a través de acuerdos comerciales y negociaciones multilaterales. La UE también podría colaborar más estrechamente con las organizaciones internacionales que buscan alcanzar los mismos objetivos.
En su intervención, el vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis, responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, ha declarado que "la Unión Europea hará honor a sus compromisos en el marco del Acuerdo de París sobre el Clima. Como parte de esta agenda, la UE fue una de las primeras impulsoras de las finanzas sostenibles al reconocer que el apoyo al capital privado es esencial para ayudar a la transición a una economía que respete el medio ambiente y que sea sostenible. Hasta ahora, otros países han hecho avances sustanciales en este ámbito. Ha llegado el momento de que nos unamos para que las finanzas sostenibles lleguen a todo el mundo".
La Comisión también acoge favorablemente y apoya la iniciativa de una Coalición de Ministros de Finanzas comprometidos en la lucha contra el cambio climático, codirigida por Finlandia y Chile y apoyada por el Banco Mundial. El trabajo de la Coalición para acelerar una transición a una economía que respete el medio ambiente a través de políticas fiscales y económicas es muy necesaria y concuerda con la ambición de la Comisión de lograr la transición a una economía respetuosa del medio ambiente en 2050. La Coalición complementaría a la Red sobre finanzas sostenibles, que se centraría en la coordinación de las iniciativas de los servicios financieros nacionales y regionales que incorporan la sostenibilidad en el sector financiero.
Apoyo de la banca europea
Horas antes del inicio de este encuentro, la European Banking Federation (EBF) hacía pública una nota con la que "desea destacar su apoyo total a las acciones e iniciativas a nivel de la UE en este campo". Y subrayaba que "los bancos europeos comparten la opinión de la Comisión Europea y apoyan plenamente las prioridades identificadas, en particular la necesidad de una mayor coordinación internacional; despliegue efectivo de capital privado hacia inversiones sostenibles; y en el desarrollo de servicios digitales como parte de la solución para movilizar finanzas sostenibles en todo el mundo".
La EBF señalaba que "ciudadanos y empresas de la Unión Europea pueden beneficiarse de un marco normativo inteligente que une iniciativas, fomenta un mayor desarrollo de productos innovadores y sostenibles, y permite y alienta la financiación de la transformación hacia sociedades sostenibles". Y, en su opinión, a pesar de muchos desarrollos positivos, tanto regulatorios como basados en el mercado, el surgimiento de líderes del mercado y datos alentadores, "todavía estamos hablando de la necesidad de redirigir los flujos de capital significativos hacia inversiones sostenibles. Creemos que se deben revisar los marcos legislativos y no legislativos para alentar un mayor cambio hacia una economía sostenible".