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"Sí, mientras no se sepa". Así de contundente ha sido Alberto Andreu durante su intervención en a jornada "Ética a tres bandas" organizada por beethik en colaboración con la Fundación Factor Humano, la Asociación DIRSE, y Cumplen y con el apoyo de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial de la Universidad de Comillas.

"Hoy las compañías tienen techos y paredes de cristal. Desiciones que se tomaron en un momento determinado, hoy no se tomarían si se vieran los impactos que han tenido en la opinión pública. La presión de los medios de comunicación y de las redes sociales hace que a las organizaciones no les quede otra cosa que hacer y no solo por el coste económico", ha añadido Andreu, miembro del Consejo Asesor de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia de Comillas y profesor asociado de la Universidad de Navarra. También ha señalado que “una compañía bien gobernada es, por regla general, una compañía responsable, que genera diálogo y que gestiona su cultura desde una perspectiva ética”. El compromiso con la ética, según Andreu, se materializa en empresas que “piensan a largo plazo, ponen énfasis en cómo generan sus ingresos y en cómo toman las decisiones ”. En su intervención  ha puesto de manifiesto la importancia de la transparencia y la necesidad de asegurar la trazabilidad de las decisiones.

Una de las principales conclusiones de la jornada, que ha reunido esta mañana a 50 representantes de empresas, instituciones y organizaciones sociales, ha sido que implantar la ética puede representar una verdadera revolución en las organizaciones. Tanto ponentes como asistentes han dialogado sobre la importancia de desarrollar una cultura ética en las organizaciones para que impulsen, desde sus raíces, la transformación hacia el desarrollo sostenible. 

Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA y Representante de la banca europea en el Comité Directivo Global del Foro de Finanzas Sostenibles de la UNEP FI -Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha añadido que “los líderes cada vez se están alineando más con la visión de crear empresas orientadas a un propósito, con base ética, orientadas a tener un impacto positivo en la vida de las personas”. “En 50 años seremos organizaciones con una visión humanista y un papel muy relevante en la sociedad” y, para ello, tendremos que dar respuesta a los retos para alcanzar una revolución ética: “La organización tiene que tener una base ética; definir los valores de manera compartida y vivir en la práctica lo que significan estos valores; pensar en grande, generando complicidades, sobre la contribución de la empresa a la sociedad. Para avanzar en el camino de la ética, ha concluido, “tenemos que romper con el cortoplacismo”. 

El segundo espacio de la mañana se ha centrado en reflexionar sobre cómo trabajar desde la suma de tres áreas de responsabilidad clave en el seno de las organizaciones: la dirección de RSE, la dirección de compliance y la dirección de personas. De este modo se ha abordado un tema de gran actualidad en la gestión de las organizaciones, y es que con la llegada del compliance son muchas las empresas que tienen dudas sobre cómo distribuir los roles y cómo encontrar sinergias entre estas tres funciones para promover la gestión ética.  En este debate, han aportado su visión personas representantes de estas tres funciones.

Francisco Hevia, presidente de DIRSE –Asociación de Directores de Responsabilidad Social Empresarial- y director senior de Comunicación Corporativa de Llorente & Cuenca ha señalado que “para alcanzar una cultura ética y responsable, todas las áreas de la organización deben perseguir el mismo objetivo, delimitando de forma clara las funciones de cada uno de estos perfiles". “El impulso de la cultura ética le corresponde a todas las personas de la organización. El dirse, en este contexto, desde la transversalidad, puede ejercer un papel de impulsor de la cultura ética y motor de cambio”, ha añadido.

Según Carlos Sáiz, presidente de Cumplen –Asociación de Profesionales de Cumplimiento Normativo- y socio director de Ecix Group "una empresa puede trabajar limitándose a cumplir con la ley, o puede tratar de ser la mejor en ciertas áreas relacionadas con su actividad. La ética va por ahí, nos habla de no conformarse y querer ser mejor organización". 

Anna Fornés, directora de la Fundación Factor Humano ha puesto en valor la necesidad de “poner a las personas en el centro”. “La función de la empresa tiene que ir más allá del propósito de ganar dinero. Las nuevas generaciones lo tienen bastante claro, quieren organizaciones que piensen en las personas y la sociedad" ha afirmado. 

La jornada ha finalizado con una conferencia de José Luis Fernández, director de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia de Comillas, sobre las ventajas de introducir la ética en la toma de decisiones. Fernández ha afirmado que “todos somos sujetos de la ética” y para llevar los valores al día a día de la organización hay que incorporar la ética en la toma de decisiones. En este sentido, ha dicho: “Para tomar decisiones correctamente hay que poner énfasis en “el como” y el “para qué” y hay que desarrollar la virtud de la prudencia, saber escoger bien, exactamente lo justo”. 

Este debate continua el iniciado el 4 de octubre en Barcelona, en una jornada también organizada por beethik en la que las personas asistentes pudieron experimentar de manera colectiva la aplicación de herramientas concretas e innovadoras para las organizaciones que desean avanzar hacia un modelo de gestión [radicalmente] responsable. 

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