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El banco ha publicado un documento en el que detalla los principios por los que se rige en materia tributaria en la que incluye los principios básicos por los que se rige.

El banco entiende que para mantener su propósito de trabajar por un futuro mejor para las personas, no solo tiene importantes implicaciones en el modelo de negocio de BBVA, en la cultura corporativa, en el comportamiento de los empleados y en la forma de relacionarse con las sociedades en las que está presente.  También debe inspirar las políticas, principios, valores y la estrategia que guían el comportamiento de BBVA en materia tributaria.

Así, en materia tributaria, deben seguirse los tres principios corporativos de la entidad. El primero de ellos, la integridad, entendida como manifestación de la ética en las actuaciones del Grupo y en todas sus relaciones con los grupos de interés, y que en materia fiscal se identifica, además de con la observancia de la norma, con el mantenimiento de una relación cooperativa y de buena fe con las distintas Administraciones Tributarias.

El segundo es la prudencia, precaución en la asunción del riesgo. En este sentido, BBVA valora con carácter previo las implicaciones fiscales derivadas de sus decisiones. Y el tercero la transparencia, como máxima que impera en toda la actividad para ofrecer un acceso a la información clara y veraz dentro de los límites de la legalidad, manifestada en el ámbito tributario tanto en la información a facilitar a nuestros clientes, como en la proporcionada al resto de grupos de interés sobre la actividad propia de BBVA.

Basado en ellos, la entidad presidida por Francisco González ha elaborado un documento, aprobado por el consejo de Administración, que define y delimita la estrategia fiscal de BBVA estableciendo un modo de hacer también en materia tributaria basado en la rentabilidad ajustada a principios. Dicho comportamiento está sujeto al siguiente decálogo: 

  1. Pagar impuestos en los países en los que tiene actividad.
  2. Realizar actividades económicas que generen valor.
  3. Hacer interpretaciones razonables de las normas tributarias y de las previsiones de los Convenios para evitar la doble imposición.
  4. Establecer una política de precios de transferencia, para todas las operaciones entre partes y entidades vinculadas, que están presididas por los principios de libre concurrencia, creación de valor y asunción de riesgos y beneficios.
  5. Adaptarse al entorno digital y afrontar los desafíos fiscales que plantea.
  6. Promover una relación cooperativa con las distintas Administraciones Tributarias basada en los principios de transparencia, confianza mutua, buena fe y lealtad.
  7. Pagar impuestos como parte importante de la contribución a las economías de las jurisdicciones donde actúa.
  8. Promover una comunicación transparente, clara y responsable de sus principales magnitudes fiscales, informando a los grupos de interés del pago de impuestos.
  9. Tener presente, a la hora de elaborar cualquier producto financiero, sus implicaciones fiscales para los clientes y darles la información relevante para cumplir con sus obligaciones tributarias.
  10. Desarrollar estos principios, a través del Departamento Fiscal, que establecen los mecanismos de control y las normas internas necesarias para que se cumplan la normativa fiscal vigente y los principios.

Por otro lado, según datos recogidos en su informe  “Contribución fiscal global ejercicio 2017”, dicha contribución a las finanzas públicas en 2017 ascendió a 9.881 millones de euros: 4.106 millones de euros correspondientes a impuestos propios y 5.775 a impuestos de terceros.

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