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La revista Telos de Fundación Telefónica publica un interesante artículo en el que explica que tras el paradigma del reciclaje de las 4R (reducir, recuperar, reutilizar y reciclar), ahora hay un nuevo concepto que además incluye otras 4R: repensar, rediseñar, re-fabricar y reparar.

Su autor, Christian Manrique, afirma que "quizás, si se siguen todos estos criterios, sí tenga sentido la actual y devastadora ausencia del término lucha contra el cambio climático de entre las prioridades de la EPA -la poderosa Agencia para la Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos, en sus siglas en inglés.

Manrique define repensar como analizar el problema de los residuos intentando abordarlo desde una perspectiva eficiente económica y medioambientalmente. "Este ejercicio permite expresar y comparar múltiples alternativas basadas en la sostenibilidad hacia un problema existente respondiendo a qué fracción de los residuos requeriría mayor atención, cómo se podría convertir ésta en una nueva materia prima, o cómo se puede ofrecer un mejor servicio con un menor consumo".

En cuanto a rediseñar, explica que el proceso de innovación está cargado de preguntas para aproximarse de forma tangible el proceso productivo, por ejemplo ¿Cómo se puede mejorar la tecnología existente? ¿Cuál es el volumen de residuos que se necesitan tratar? ¿Cómo se puede optimizar el espacio? ¿Es viable económicamente el diseño? Re-fabricar no es otra cosa que aumentar al máximo la sostenibilidad de la producción, tanto de cara a un producto duradero y fiable como al mismo proceso de producción basado en estándares de sostenibilidad. 

También opina que reducir está relacionado con evitar la generación de residuos: "desarrollar sistemas para reducir los subproductos, los materiales pasantes y los consumos energéticos, así como fomentar actitudes en la sociedad para reducir la generación de residuos, son objetivos cruciales para disminuir su impacto. Reutilizar significa dar una nueva utilidad a los residuos, consiguiendo un beneficio ambiental para la sociedad y un beneficio económico para el gestor mientras que reciclar comprende la separación selectiva de los residuos para poder otorgar un tratamiento adecuado a cada tipo de material. "Pese a que se cuenta con equipamientos periféricos y plantas de tratamiento que separan metales y plásticos, la recogida selectiva de RSU (Residuos Sólidos Urbanos) en origen es una de las claves para el éxito de la circularidad", afirma Manrique y señala que algunas preguntas que suscita este punto se dirigen hacia qué fracciones son recuperables, quiénes son los gestores más adecuados para destinar cada tipo de material y con qué profundidad se pueden separar los residuos para alcanzar mayores cuotas de reciclaje.

Por último, recuperar es elaborar propuestas y encontrar soluciones para los productos de apariencia no reciclable.

El autor recuerda que el borrador del Paquete Legislativo de economía circular (PEC) de la Unión Europea establece cuatro nuevos objetivos básicos que se centran en la reducción de producción de residuos, en el aprovechamiento de los subproductos, la reintroducción como productos de residuos ya tratados en el ciclo productivo y en la reducción del depósito de residuos en los vertederos. Y, sobre todo, no olvidar los objetivos que ya han acordado el Parlamento Europeo y los Estados miembros, que incluyen que en 2035 como máximo un 10 por ciento de los residuos podrán depositarse en vertederos y respecto al reciclado de residuos urbanos, el calendario es el siguiente: 55 por ciento en 2025; 60 por ciento en 2030; y 65 por ciento en 2035.

Este paquete también incluye financiación de más de 650 millones de euros con cargo a Horizonte 2020 y de 5.500 millones con cargo a los Fondos Estructurales.

Un avance importante fue la aprobación, a principios de año, de la primera estrategia europea sobre los plásticos. Contempla, entre otras cosas, que  todos los envases de plástico del mercado de la UE serán reciclables para 2030, el consumo de plásticos de un solo uso se reducirá y se restringirá el uso intencional de microplásticos. Según cifras de la Comisión Europea, cada año, los europeos generamos 25 millones de toneladas de residuos de plástico, pero menos del 30 % se recoge para ser reciclado. En todo el mundo, el plástico representa el 85 % de los residuos en las playas. Es más, los plásticos llegan a nuestros pulmones y nuestras mesas, en forma de microplásticos en el aire, el agua y los alimentos, con efectos desconocidos para nuestra salud. 

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