En su informe Riesgos Globales 2018, el Foro Económico Mundial recuerda que los eventos climáticos extremos en 2017 incluyeron huracanes atlánticos inusualmente frecuentes, con tres tormentas de alto impacto: Harvey, Irma y Maria; que de los 10 desastres naturales que causaron la mayor cantidad de muertes en la primera mitad de 2017, ocho involucraron inundaciones o deslizamientos de tierra provocados por la intensidad de las lluvias; que se registraron temperaturas récord desde partes del sur de Europa hasta el este y el sur de África, América del Sur y partes de Rusia y China; que la quema de incendios forestales en Estados Unidos estaba al menos un 46% por encima del promedio de 10 años y que el 76% de los 31,1 millones de personas desplazadas durante 2016 fueron obligados a abandonar sus hogares como resultado de eventos relacionados con el clima.
Más del 90% de la población mundial vive en áreas con niveles de contaminación atmosférica que exceden las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Comisión Lancet sobre Contaminación y Salud estima que aproximadamente el costo anual total de la contaminación para la economía mundial es de 4,6 billones de dólares, lo que equivale a alrededor del 6,2% de la producción.
Respecto a la desigualdad, se ha producido un aumento en la disparidad de ingresos y riqueza, no tanto entre países, sino entre los habitantes de un mismo país. Además, el GRPS de este año refleja las crecientes preocupaciones sobre el impacto de la automatización en el mercado laboral. Cuando se solicitó a los encuestados que resaltaran los riesgos más estrechamente interconectados, el emparejamiento más frecuentemente citado fue "consecuencias adversas de los avances tecnológicos" y "alto desempleo o subempleo estructural". El informe advierte de que "en un futuro previsible, se puede esperar que la automatización y la digitalización empujen hacia abajo los niveles de empleo y salarios, y contribuyan a aumentar los ingresos y la riqueza en la parte superior de la cadena.". Y no se trata sólo de riesgos económicos, sino de la percepción por parte de los ciudadanos de que "el sistema está manipulado y no debería sorprendernos que esto tenga efectos políticos y sociales más amplios".
La encuesta desvela otro dato importante acerca de la trayectoria de riesgos en 2018: el 59% de las respuestas apuntaban a la intensificación de los riesgos, en comparación con un 7% que respondió refiriéndose a riesgos en disminución. En parte, la culpa de esta visión negativa para 2018 está en el deterioro del "paisaje geopolítico". El 93% de los encuestados dijo que esperaba confrontaciones políticas o económicas peores entre las principales potencias, y casi el 80% se mostró preocupado por un aumento de los riesgos en relación con guerras entre potencias importantes. Y un riesgo institucional que probablemente se intensificará en 2018 se relaciona con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su capacidad para resolver disputas comerciales. Esto es particularmente importante en un momento en que el sentimiento y las políticas proteccionistas van en aumento. Estados Unidos ha estado bloqueando los nombramientos al órgano de apelación de siete miembros de la OMC; desde diciembre de 2017, solo se han cubierto cuatro puestos y, en teoría, el organismo podría dejar de funcionar en 2019. "Un debilitamiento de la arquitectura institucional del sistema de comercio mundial crea riesgos más allá de una nueva ralentización del comercio y el crecimiento: la posibilidad de que las tensiones comerciales se extiendan a mayores tensiones geopolíticas no debería descartarse". En el GRPS de este año, el 73% de los encuestados dijeron que esperan que los riesgos asociados con la erosión de las reglas y acuerdos de comercio multilateral aumenten el próximo año.
Los ataques están aumentando, tanto en prevalencia como en potencial disruptivo. Las infracciones cibernéticas registradas por las empresas casi se han duplicado en cinco años, de 68 por negocio en 2012 a 130 por negocio en 2017. El Foro Económico Mundial denuncia que se ha creado toda una "red oscura" que ha puesto en el mercado 357 millones de nuevas variantes de malware y se vendían "troyanos bancarios" diseñados para robar detalles de acceso a la cuenta por tan solo 500 dólares. Se espera que el coste del cibercrimen para las empresas en los próximos cinco años sea de 8 billones de dólares. El informe señala que la mayoría de los ataques contra sistemas críticos y estratégicos no han tenido éxito, pero la combinación de éxitos aislados con una lista creciente de intentos de ataque sugiere que los riesgos están aumentando. Y la creciente interconexión y ritmo del mundo aumenta nuestra vulnerabilidad a los ataques que causan no solo interrupciones aisladas y temporales, sino también choques sistémicos radicales e irreversibles.