Publicado el
Todos los países se encuentran en fase de implementación de la Agenda 2030 pero España tiene que correr más que otros si de verdad quiere cumplirla. La desigualdad social y el cambio climático, son algunos de los retos más urgentes

La Agenda 2030 plantea 17 Objetivos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental

España ocupa la posición número 30 de 149 países relación con el grado de cumplimiento de estos objetivos, según la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS). Los apartados donde España más tiene que mejorar son en los indicadores de empleo, investigación, reciclaje de residuos municipales, biodiversidad o ayuda al desarrollo. Sólo logra buena puntuación en el ODS 5, el de la igualdad de género.

Los ODS son un programa para el desarrollo a largo plazo, realizable si cuenta con el compromiso conjunto del sector público y del sector privado. La mayoría de las empresas están implantando los ODS dentro de sus estrategias de RSE/RSC (Responsabilidad Social Empresarial/Corporativa). Bajo este contexto, la Red Española del Pacto Mundial y el Grupo Español de Crecimiento Verde han organizado una jornada para debatir sobre los principales retos que plantean los ODS en España, en concreto sobre cómo afrontar el cambio climático, cómo promover la innovación y el compromiso de las empresas. 

El acto ha sido inaugurado por el Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando García Casas, quien ha hecho un llamamiento a la colaboración de todos los agentes sociales. “Estamos ante una agenda global cuyos retos, soluciones y responsabilidades solo pueden ser abordados mediante la implicación de la comunidad internacional”, ha indicado. Asimismo, ha apuntado hacia varias áreas estratégicas en las que es imprescindible seguir avanzando: la consolidación de un Plan Director impulsado desde la Administración, el establecimiento de indicadores que contribuyan a medir los logros alcanzados, la importancia de la comunicación desde un enfoque didáctico, la necesidad de que el sector privado alinee sus modelos de negocio con el progreso social y medioambiental.

Tras él, una serie de mesas redondas han ahondado en los pasos que España debe dar para  lograr un mundo más inclusivo, respetuoso con el medio ambiente y económicamente próspero. La primera se ha centrado en el cambio climático, y ha estado moderada por Valentín Alfaya, presidente del Grupo Español de Crecimiento Verde, quien ha destacado la oportunidad que la Agenda 2030 puede suponer para el ámbito empresarial e institucional si se fomenta de forma transversal. Valvanera Ulargi, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, ha coincidido con él y ha añadido que el acurdo alcanzado tras la COP 21 ratifica la importancia que la comunidad internacional está otorgado a esta materia. “Entre todos estamos implantado un nuevo sistema de desarrollo basado en la sostenibilidad y la colaboración público-privada”, ha explicado. En este modelo, el sector privado se revela como esencial, pues “la economía baja en carbono necesita que el ámbito financiero le acompañe”. Aunque este reto es grande, se ha mostrado optimista ya que se están dando importantes pasos en esta materia, como la adhesión de China al Acuerdo de París. No obstante, y en relación con este tratado, también ha apuntado hacia algunos puntos aún por definir: la transparencia, los indicadores de reporte y seguimiento y la financiación.

Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático de Iberdrola, ha recogido el testigo y no ha dudado en abordar la dimensión ética del cambio climático: “lo hemos provocado los países desarrollados, pero lo están acusando más los que están en vías de desarrollo, a lo que hay que añadir el legado que dejamos para las generaciones venideras”. Además, ha identificado al modelo energético actual como el principal responsable de esta problemática, destacando la necesidad de virar hacia un modelo basado en la eficiencia y las renovables. En este sentido, Juan Batalla, director de la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (FUNSEAM), ha subrayado el esfuerzo que está realizando la industria para ser parte de la solución. “Se calcula que para alcanzar la descarbonización de la economía sería necesaria una inversión de 380.000 millones de euros de aquí a 2050”, ha contado. Además de la empresa, ha apuntado hacia otro actor fundamental para que este transito sea factible: los consumidores, que deben impulsarlo y exigir nuevas propuestas. Por su parte, Víctor Viñuales, director de ECODES, ha reivindicado el principio de “quien contamina, paga”. Además ha hecho un llamamiento a la acción: “No podemos dilatar las decisiones respaldándonos en la necesidad del beneficio a corto plazo y la tecnolatría. Cada dólar que no invertimos hoy en esta materia, supondrá un gasto de cuatro en 2020”, ha recordado.

La importancia de la innovación

La segunda mesa redonda ha estado protagonizada por la innovación. En ella, Ángel Pes, presidente de la Red Española de Pacto Mundial, ha ejercido de conductor, aludiendo al poder “utilizar los recursos de forma que sea viable hacer más con menos”  y subrayando la importancia de la innovación para conseguir los retos de la Agenda 2030. "Sin innovación no podremos lograr los ODS", destacó Pes. Entre el panel de los expertos que le han acompañado se encontraba Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación COTEC, quien ha indicado que los desafíos globales de los ODS solo se pueden abordar desde el conocimiento. Por ello, no ha dudado en compartir con los presentes la definición de innovación que impulsan desde su entidad: “todo cambio –no solo tecnológico- basado en el conocimiento –no solo científico- que genera valor –no solo económico-“. Ante este escenario, la educación es fundamental para poder cambiar el patrón actual de producción y consumo hacia otro modelo basado en la economía circular. Algo que, en sus palabras, “supone una gran oportunidad para las empresas”.  A continuación, Fernando Soria, director Marketing Corporativo y Planificación Estratégica de 3M, ha evidenciado precisamente esta oportunidad. “En el momento que surge una idea de un nuevo proceso o producto, es necesario que integre desde el inicio los principios de la economía circular y atienda a todo su ciclo de vida”, ha afirmado.

Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano (itdUPM), ha hablado sobre la relación existente entre universidad y empresa. A su parecer, las trayectorias de la innovación no son fruto ni del azar ni de los mercados, sino que se moldean”. Por ello, es necesario buscar entre todos los agentes sociales instrumentos que contribuyan a orientar el esfuerzo hacia las actuales necesidades sociales y medioambientales. También ha explicado que en la actualidad ya disponemos de un importante caudal de tecnología y conocimiento para que se dé la transición hacia un modelo de economía circular, pero es necesario dar un paso más y “hacer que también llegue a países más alejados de este ecosistema”. Asimismo, ha apelado al poder de la innovación social para provocar un cambio.

En este debate también ha participado Ángel Font, director de Estrategia de la Fundación Bancaria la Caixa, que ha argumentado que las entidades sociales deben ser el motor de este cambio ya que “poseen una visión a largo plazo que les posibilita asumir riesgos”. No obstante, no todo vale: la filantropía debe estar basada en evidencias, para que la toma de decisiones pueda fundamentarse en unos buenos resultados. Cerrando la mesa, Leire Pajín, directora de Desarrollo Global, Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), se ha enorgullecido del avance que España ha experimentado en los últimos años en materia de cooperación y desarrollo. “Cuando se promulgaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2000, solo se apelaba a la responsabilidad de los gobiernos y las entidades no lucrativas. Hoy, el sector privado lidera la Agenda 2030”, ha recordado. Asimismo, invocando a la corresponsabilidad, ha destacado  la importancia de soluciones las disruptivas y creativas basadas en sinergias Norte-Sur. “Cuando se invierte en la generación de conocimiento, se da un retorno muy claro no solo en el bienestar común, sino también en el beneficio económico de quien invierte”, ha concluido.

El encuentro también ha contado con la participación de Sue Allchurch, directora de relaciones con los grupos de interés de UN Global Compact. En su opinión, además de actuar responsablemente y buscar oportunidades de negocio en el desarrollo, el ámbito empresarial tiene la capacidad de inspirar, “porque tiene recursos y contactos internacionales que trascienden a los que tienen los gobiernos”. Además, ha destacado la necesidad de crear sistemas comerciales innovadores con un modelo integrado y circular, al tiempo que ha animado a los consumidores a que basen sus elecciones de consumo en la responsabilidad. 

La tercera mesa del día ha girado en torno a la relación empresa-ODS, y ha estado moderada por Isabel Garro, directora general de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, quien ha subrayado el compromiso del sector privado español en esta materia ya que “el 97% de las empresas del Ibex 35 tiene presentes los ODS en su estrategia de negocio”. María Malaxechevarría, directora general de sostenibilidad de Endesa, conoce bien esta realidad y ha añadido que es algo que reporta a las compañías un valor añadido: “nos imprime una nueva forma de trabajar y crear riqueza a corto, medio y largo plazo.”. No obstante, ha recordado que las empresas no pueden actuar en solitario, llamando también a la acción a los inversores, por la capacidad de presionar a las empresas; a las Administraciones Públicas, por la capacidad que tienen para diseñar marcos; y a la sociedad, para que demande a las compañías los productos que deben desarrollar.

En esta misma línea, José Manuel Sedes, director de Empresa Sostenible y Calidad de Vodafone, ha puesto el foco en la minimización de los impactos y la vista a futuro. Asimismo, ha señalado la diversidad, la empleabilidad juvenil y la reducción de emisiones de CO2 como áreas estratégicas en las que trabajar durante los próximos años. Por su parte, Natalia Cebrián, directora de Calidad, Medio Ambiente y Seguridad de Contazara, se ha centrado en los retos que este escenario dibuja para las pymes. “La alta dirección debe considerar que la sostenibilidad se integre dentro de sus procesos estratégicos, algo que aún es complejo. Pero la economía circular es un ejemplo del impacto positivo sobre la cuenta de resultados”, ha sostenido

La jornada ha concluido con una ponencia impartida por Jaime Hadad, subsecretario de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente del MAPAMA, en la que ha destacado en la importancia de las políticas públicas para que la Agenda 2030 se materialice. “Los ODS buscan un cambio de paradigma que debe ser universal y, dado que de los 17 objetivos 13 están relacionados con el cambio climático,  los responsables medioambientales de todos los países jugarán un papel clave”, ha explicado. Ante esta situación, la innovación, la responsabilidad y la participación de todos los sectores -académico, civil, público y privado- es fundamental“, de manera que todos trabajen juntos y creen alianzas”, ha concluido.

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies