La primera enseñanza del informe de la Unesco es que, a pesar de la crisis económica que azotó en 2008 a los países industrializados, el gasto interior bruto en Investigación y Desarrollo (I+D) a nivel mundial creció, pasando de 1,132 billones de dólares en 2007 a 1,478 billones en 2013, lo cual supuso un incremento del 31%, porcentaje éste muy superior al 20% de aumento experimentado en ese mismo período por el Producto Interior Bruto (PIB) de todos los países del mundo.
El país del mundo que más invierte en I+D son los Estados Unidos, ya que su gasto interior bruto por este concepto representa el 28,1% del efectuado en todo el mundo. A continuación viene China con un 20%, por delante de la Unión Europea (19%) y del Japón (10%). Los restantes países del mundo, aunque concentran el 67% de la población del planeta, sólo representan el 23% del gasto mundial en I+D. Cabe destacar, sin embargo, que en algunos países como Brasil, la India y Turquía, las inversiones en I+D están aumentando a un ritmo acelerado.
Retroceso de la inversión pública
El aumento del gasto en I+D se debe en muy gran parte a las inversiones del sector privado, que han compensado la suspensión o los recortes de las efectuadas por el sector público en algunos países industrializados como Francia, Italia y el Reino Unido. La tendencia al retroceso de las inversiones públicas ha sido especialmente acusada en Canadá –un país cuyo porcentaje en el gasto mundial disminuyó, pasando del 2,1% al 1,5% en el período 2007-2013– y también en Australia, debido a los importantes recortes de los presupuestos destinados a financiar la investigación y a la prioridad otorgada a las ciencias aplicadas en detrimento de la investigación fundamental.
Continuidad del predominio masculino en el mundo de la investigación
Aunque las mujeres han logrado la paridad en el estudiantado que cursa estudios de máster en ciencias, solamente representan el 43% de los estudiantes que obtienen un doctorado. La disparidad entre los sexos se agudiza en el escalón siguiente, ya que sólo un 28,4% del personal de investigación en el mundo son mujeres. Además, el acceso de las investigadoras a fuentes de financiación de su actividad es más reducido que el de sus colegas masculinos y son menos numerosas en las universidades de mayor prestigio. También son minoritarias en los puestos de mayor responsabilidad, tanto en los consejos directivos que administran las instituciones científicas como en los que regentan las universidades.
Una de las conclusiones de los autores del informe es que la elaboración de políticas nacionales fructíferas en materia de ciencia e innovación es una empresa sumamente difícil, debido a que es necesario actuar en varios ámbitos a la vez: la educación, la investigación fundamental, el desarrollo tecnológico y la inversión del sector privado en I+D. Los autores señalan, además, que la dificultad de esa empresa es mucho mayor aún como consecuencia del agotamiento de los presupuestos públicos provocado por la crisis de 2008 en muchos países industrializados.
Basándose en un estudio sobre 65 países realizado en 2013 por el Instituto de Estadística de la UNESCO, el informe señala que se incumple con frecuencia el compromiso de estrechar de los vínculos entre el sector privado, las universidades y las instituciones públicas de investigación, pese a que la mayoría de los gobiernos lo propugnan en sus políticas científicas. En el informe se invita a los encargados de la adopción de decisiones a elaborar estrategias encaminadas a corregir esta tendencia.
Este informe mundial sobre la ciencia hace hincapié asimismo en la importancia que tiene la gobernanza para impulsar un desarrollo basado en la innovación. A este respecto, señala que la corrupción en las universidades obstaculiza la formación de titulados con la debida cualificación y desalienta las inversiones del sector privado, ya que las empresas pierden interés por las inversiones en I+D cuando no pueden recurrir a sistemas judiciales que sean aptos de defender sus derechos de propiedad intelectual.
El Informe sobre la Ciencia de la UNESCO está redactado por un equipo de expertos internacionales y se publica quinquenalmente. Sobre la base de numerosos datos cualitativos y cuantitativos, este informe hace un balance de la tendencias observadas a escala mundial en lo referente a la I+D. Estructurado en capítulos dedicados a las diferentes regiones y grupos de países del mundo,* este importante documento ofrece también una serie de instantáneas sobre determinados países, ** así como monografías sucintas sobre algunos temas específicos, por ejemplo la función desempeñada por los conocimientos de los pueblos indígenas.