Garbiñe Muguruza se va, así lo anunciaba hace unos días, dejando una exitosa carrera que la ha llevado a ser la mejor tenista española del siglo XXI, para iniciar una nueva vida alejada de la pista y la competición. Y lo hace con alegría. No es la renuncia de alguien que no tiene más remedio, sino de alguien que quiere disfrutar de otra forma de vivir.