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No lo voy a negar. Tenía ganas de conversar con Antonio Espinosa de los Monteros es CEO y cofundador de AUARA y Liux. En esta entrevista repasa su trayectoria como emprendedor. Sus respuestas son cercanas, transparentes, reflexivas, salen de sus vivencias y de sus sentimientos, sin miedo a pensar en el qué dirán.
El propósito tiene que ser lo que te mueva en los días difíciles

Cada una de sus respuestas pueden convertirse en un titular por las enseñanzas que traslada. Se define como “un tipo con mucha suerte, con unos padres brutales, con unos amigos brutales, y con una mujer y un hijo increíbles”. Admira “a quienes encuentran algo que impacta en el mundo y lo convierten en su pasión” y le atraen “profesiones con un propósito tangible” como pueden ser los misioneros, cooperantes, periodistas de guerra y los médicos. Cuando pidió y encontró ayuda psicológica “sentí gratitud y me di cuenta de que muchas personas necesitaban lo mismo que yo, que les escuchen y ayuden”. 

Asegura que no se siente “ningún referente ni una voz autorizada” en materia de emprendimiento o de gestión empresarial y reflexiona que con las rondas de financiación pasa lo mismo que cuando los políticos festejan que han ganado unas elecciones: “No entiendo cuando los políticos lo celebran porque no han conseguido nada aún y tienen la responsabilidad de cumplir lo prometido durante los próximos cuatro años. Pues con las rondas pasa lo mismo, recibimos la confianza de los inversores para seguir haciendo nuestro trabajo”.

Esta entrevista con Antonio Espinosa de los Monteros forma parte de la serie #ConversacionesdeImpacto en la que han participado Gonzalo FanjulPablo SánchezArancha MartínezGloria GubianasMaría GuerreroAmaia RodríguezNatalia ValleManuel Lencero e Irene Milleiro.

Pablo Martín: ¿Quién es Antonio Espinosa de los Monteros?

Antonio Espinosa de los Monteros: Pues supongo que soy un tipo con mucha suerte, con unos padres brutales, con unos amigos brutales, y con una mujer y un hijo increíbles. Y con la suerte de haber tenido experiencias y de haber conocido a gente que no es fácil encontrar. Y una persona con mucha fe. 

PM: Después de dos voluntariados durante la carrera de Arquitectura en Perú y Camboya, fuiste a parar a Etiopía, dónde participaste en la construcción de un hospital, que fue el origen de AUARA. ¿Qué se despertó en ti en ese momento en ti para que decidieras dar el paso para crear AUARA?

AE: Supongo que fue un sentimiento egoísta. Descubrí que había dedicado mi tiempo a algo que me había hecho feliz, que había dado sentido a ese tiempo. Me llenó de propósito. Fue como cuando te enamoras: el cerebro te dice 'esto me gusta, por aquí hay que seguir'. Vi que, aunque mis capacidades fueran limitadas, si las ponía al servicio de algo que merecía la pena, crecían y cobraban sentido. Y como no encontraba un trabajo que llenara una sed espiritual que tenía, decidí construirme ese trabajo que yo mismo buscaba.

PM: ¿Cómo conociste a los otros dos cofundadores de AUARA, Pablo Urbano y Luis de Sande?

AE:Pablo era amigo mío de toda la vida, estudiamos juntos y encajamos en el proyecto de AUARA porque estábamos en momento vitales similares. Él estaba como voluntario en una empresa social. Una vez que Pablo y yo nos decidimos a intentar montar AUARA, mi padre nos recomendó que fuéramos a hablar con Luis, que era amigo suyo, y que por aquel entonces ayudaba a las empresas en cuestiones financieras. Le contamos la idea de montar AUARA, le gustó y hasta hoy.  

PM: AUARA acaba de cumplir 10 años. En este tiempo ha llevado agua a 145.058 personas y ha desarrollado 219 proyectos en las comunidades más desfavorecidas de 26 países. ¿Te imaginabas llegar a tener ahí ese impacto?

AE:Me lo imaginaba en números. Cuando haces un plan de negocio, pones cifras, dimensionas un Excel, pero no te imaginas la realidad. Una cosa es un número en una hoja y otra es la sensación de propósito cumplido, el orgullo por tu equipo y por saber que hay miles de personas con agua gracias a este proyecto. Esa satisfacción es imposible de prever.

PM: ¿Qué es lo más bonito de impulsar estos proyectos? ¿Con qué experiencias te quedas de tus viajes a terreno?

AE:Hay dos cosas increíbles. Una es conocer a la gente para la que trabajas. Somos una empresa social, pero nuestro impacto está a miles de kilómetros. Viajar y convivir con esas personas es una experiencia que te eleva espiritualmente. Y la otra es ver cómo ha impactado también en quienes han trabajado en AUARA. Ver que les ha hecho felices, que han sentido ese propósito, es precioso. No solo cambias vidas lejos, también impactas en los que tienes al lado.

PM: Y entremedias de AUARA llegó el Covid-19 y tras dar lo mejor todos los que trabajabais allí en 2020 y 2021 con ‘Agua para hospitales’, conociste a David Sancho y os embarcásteis en Liux para crear los coches más sostenibles del planeta, haciéndolos accesibles y ultra deseables. ¿Cómo surgió esa química?

AE:Surgió por necesidad. En verano de 2020 pensábamos que AUARA no salía adelante en un entorno de caída de ventas y de incertidumbre generalizada por la pandemia. Pensé: 'Y si hay que cerrar AUARA, ¿qué hago yo?'. Me di cuenta de que no valía trabajar en una empresa grande y seria, y que lo único que sabía y quería hacer era emprender. Busqué en internet los sectores más contaminantes. En textil y alimentación no me veía. En energía e industria, tampoco, y vi una oportunidad en el transporte. Empecé a darle vueltas en cómo fabricar coche eléctrico súper sostenible a hablar con gente y las respuestas eran todas igual. Esto es un disparate, es una industria muy complicada hasta que alguien me habló de David Sancho, que ya había creado un hipercoche en su taller de Alicante. Me fui a verle. Él estaba en un momento similar al mío. Se le habían caído todos los proyectos de ingeniería durante el Covid-19 y vimos que era un buen momento para meternos en un buen lío junto. Fue el primero que me dijo que no era un disparate: “Me mola la idea, vamos a pensar cómo hacerlo”. Encajamos bien en esa visión de vida, esa apuesta por la sostenibilidad y nos complementamos en lo que podíamos aportar ambos en el proyecto de Liux, que me decidí a montarlo una vez que el proyecto de AUARA se había mantenido tras entrar Hijos de Rivera en el accionariado.

PM: ¿Cómo marcha el proyecto de Liux Big?

AE:Ha sido un proceso durísimo. Levantamos la primera financiación en diciembre de 2021, aún en plena burbuja de las startups. Apuntábamos a competir con Tesla Model 3, pero el contexto cambió. Tuvimos que pivotar hacia el vehículo ligero urbano, el Liux Big. Nuestra obsesión ha sido diseñar un proyecto viable con poca inversión. Ahora estamos en fase de industrialización. Si todo va bien, la producción en serie empezará a principios de 2026. La capacidad máxima será de 15.000 unidades al año, pero en el primer año esperamos fabricar unas 2.500 en una planta que estamos construyendo en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Somos muy cautos con las fechas y las expectativas y no nos queremos meter presión, dependerá del mercado. Hemos pasado unos años muy difíciles en el que muchas veces los inversores no nos querían escuchar.

PM: ¿Qué es para ti una empresa social?

AE:Una empresa social es una empresa que compite en el mercado, pero cuya razón de ser es el impacto social. El negocio tiene que estar al servicio del impacto, no al revés. En AUARA seguimos el modelo de Muhammad Yunus: sin ánimo de lucro para los accionistas. Reinvertimos el 100% en acabar con la mayor de las pobrezas, el acceso a agua potable. Una empresa social no puede depender de las donaciones, tiene que contar con la financiación, a través de la venta de sus productos, pero todo el beneficio se tiene que reinvertir en generar impacto.

PM: ¿Cómo se convive con el impacto social y la necesidad de las rondas de financiación para impulsar y consolidar los proyectos?

AE:En AUARA el fundraising va ligado a inversión de impacto, con rentabilidades capadas. Mientras que en Liux, al ser un proyecto industrial, el modelo sin ánimo de lucro no era viable. Por eso tuvimos que entrar en el capital riesgo, con lo que eso implica. Y lo odio. Es la parte que menos disfruto. Levantar pasta no es un éxito, es un mal necesario, un medio. Es como ganar unas elecciones. No entiendo cuando los políticos lo celebran porque no han conseguido nada aún y tienen la responsabilidad de cumplir lo prometido durante los próximos cuatro años. Pues con las rondas pasa lo mismo, recibimos la confianza de los inversores para seguir haciendo nuestro trabajo. Por eso, preferimos celebrar otras cosas como una buena incorporación o un prototipo que funciona.

PM: ¿Qué le recomendarías a un emprendedor social que quiere lanzar un proyecto de impacto?

AE:Mucha resiliencia y paciencia. Rodearse de buenos compañeros, no levantar financiación si no hace falta, desarrollar barato, asesorarse bien tanto a nivel financiero como jurídico. Y, sobre todo: enamorarse del problema, no de la solución. El propósito tiene que ser lo que te mueva en los días difíciles.

PM: También has visibilizado la importancia que tiene la salud mental en el mundo del emprendimiento, contando tu experiencia en Proyecto Ancla… ¿Qué has aprendido de visibilizar esta necesidad que tenemos de cuidarnos todos?

AE:Lo hice porque no sabía a quién acudir cuando lo pasé mal. No tenemos formación en psicología y muchas veces cuesta entender lo que te pasa. Cuando encontré ayuda, sentí gratitud y me di cuenta que muchas personas necesitaban lo mismo que yo, que les escuchen y ayuden. Al hacerlo público mucha gente se abría conmigo y al visibilizarlo, simplemente quería compartir mi experiencia por si puede ayudar a alguien que no sepa a quién acudir.

PM: Solo tienes perfil en LinkedIn y cada vez que publicas un post tiene un montón de visualizaciones e interacciones. Además, sin foto, yendo a contracorriente. ¿Tienes sensación de ser un referente en el mundo del emprendimiento o de la gestión empresarial?

AE:No, para nada. No me siento ningún referente ni una voz autorizada. Lo que trato es de compartir mis sentimientos y pensamientos y de generar debate. Es más, escribo con cautela, a veces con vergüenza porque no quiero influir ni sentar cátedra. Me gusta escribir, y empecé a hacerlo por afición. El feedback fue muy positivo y empecé a recibir muchos mensajes privados diciéndome que les ayudaba. Y eso es muy gratificante. Si ayuda a alguien, aunque sea una sola persona, ya merece la pena. 

PM: ¿Si no fueras emprendedor, qué serías?

AE:No lo sé. Me gustaría ser muchas cosas y me encantaría tener mil vidas para hacer mil cosas. Ser periodista de guerra, músico, médico… Hay tantas cosas que me gustaría ser. He sido muy inquieto, he tenido un grupo de música, actué en una serie… Me gusta casi todo. Pero sí, me atraen profesiones con un propósito tangible. Y admiro mucho a los misioneros, cooperantes, periodistas de guerra y a los médicos. He visto la labor que hacen y cuando van a los lugares más pobres del mundo, ser médico es un superpoder porque con sus conocimientos ayudan a la gente y me dan mucha envidia.

PM: ¿A quién admiras?

AE:A muchas personas. Admiro a quienes encuentran algo que impacta en el mundo y lo convierten en su pasión. No tanto a quienes solo siguen una pasión, que también, sino a los que descubren algo que puede cambiar vidas y lo abrazan como su vocación como los cooperantes, misioneros o médicos.

PM: Ser feliz es...

AE:Llegar a las 7 a casa y bañar a mi hijo con mi mujer. Es un momento indescriptible. Ser feliz también es decidir esforzarte por algo que merece la pena, crecer en el camino con esfuerzo y resiliencia, y que eso tenga como resultado tener la paz interior con uno mismo porque has hecho todo lo que has podido. Y que ese amor que das se multiplique.

PM: ¿Qué te gustaría hacer antes de que acabe el año?

AE:Viajar a Madagascar.

PM: Un libro…

AE:Sobre liderazgo, 'La paradoja' de James C. Hunter. Es el más brillante que he leído sobre ese tema y se lo he regalado a mis compañeros. Y mi libro favorito: 'Los hermanos Karamazov', de Dostoievski.

PM: Y una película…

AE:'Captain Fantastic' de Matt Ross con Viggo Mortensen. La banda sonora es de Eddie Vedder, cantante de Pearl Jam. Va sobre una familia antisistema. Es brutal, tienes que verla.

PM: ¿Te gustaría añadir algo más?

AE:Muchas gracias por la oportunidad de hacer esta entrevista. Me lo he pasado muy bien.

 

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