María Guerrero es licenciada en Derecho por ICADE en 2007. Trabajó dos años en Uría Menéndez, pero dejó la abogacía para encontrar su propósito profesional y vital. Tras tres años buscándose, fundó Acción por la Música, inspirándose en el proyecto de Orquestas y Coros del Maestro Abreu de Venezuela con el sueño de transformar la adversidad en esperanza.
Esta ONG busca lograr la inclusión de niños y niñas, jóvenes, sus familias y sus comunidades, utilizando la música como herramienta de transformación social, con la finalidad última de propiciar cambios estructurales que contribuyan la igualdad de oportunidades y al fin de la pobreza.
En esta conversación repasa los 10 años de este proyecto pionero en España que surgió en un momento de “crisis esistencial”. Afirma estar “tremendamente agradecida por esta entrevista en la que he podido repasar la evolución de Acción por la Música y el impacto que tiene la música en la transformación de las vidas de comunidades en espacios de alta complejidad social”.
En la actualidad, Acción por la Música ha mejorado la vida de más de 1.000 niños y sus familias.
Esta entrevista forma parte de la serie #ConversacionesdeImpacto en la que han participado Gonzalo Fanjul, Pablo Sánchez, Arancha Martínez y Gloria Gubianas.
Pablo Martín: ¿Quién es María Guerrero?
María Guerrero: María Guerrero es una abogada frustrada, una música frustrada, y alguien que ha descubierto su mejor versión, precisamente, a través del fracaso.
PM: ¿Cómo surge Acción por la Música? que acaba de cumplir 10 años en 2023. ¿Qué es la metodología de ‘El Sistema’ del Maestro Abreu? que recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2008 y en el que os inspirasteis.
MG: Acción por la Música surgió en un momento de crisis como abogada. Las crisis te hacen cuestionarte quién eres y qué quieres hacer. Dejé esas preguntas abiertas y la respuesta llegó al ver un documental sobre ‘El Sistema’ en casa de unos amigos. Un modelo de transformación social través de la práctica musical colectiva, impulsado por el maestro Abreu. José Antonio Abreu era un activista, economista y músico que fundó este sistema en Venezuela hace 48 años.
Al ver cómo impactaba en la vida de 700.000 niños me di cuenta de que la música nos conecta con lo más humano, con lo más propio de cada uno. Además, nos conecta con otros en un nivel más profundo, no solo con nosotros mismos, sino con quienes participan en la música, ya sea tocándola o escuchándola. Esto me llevó a preguntarme cómo activar este poder para defender la dignidad de las personas y enfrentar los grandes desafíos de nuestro tiempo.
‘El Sistema’ propone una respuesta efectiva. Cuando las personas se unen en el espacio virtuoso de la belleza y el encuentro, se restauran vínculos profundos que elevan la dignidad de cada uno y la música ofrece una libertad que construye identidades sólidas y ciudadanos comprometidos con una sociedad más justa.
PM: Y cómo fue el proceso hasta que fundaste Acción por la Música…
MG: Visité ‘El Sistema’ en Venezuela durante 10 días y regresé a España con la convicción de que este enfoque era necesario en nuestro país. Esta intuición me llevó a investigar aquí para ver cómo se podría aplicar, pero no encontré a nadie que empleara la música para luchar contra la pobreza con la misma mirada de “El Sistema”, aunando excelencia artística e inclusión social. Tras dos años de investigación sobre las necesidades de familias y comunidades en situaciones socioeconómicas complejas, identifiqué desafíos que iban más allá de la música y Acción por la Música se convirtió en una respuesta tangible a esas necesidades. Decidimos empezar con un programa piloto en un colegio en Madrid -Colegio Pío XII de La Ventilla-. Comenzamos con una orquesta voluntaria y gratuita para los participantes como una actividad extraescolar, atendiendo a una comunidad diversa con desafíos significativos, incluso en seguridad alimentaria. Y 10 años después atendemos a más de 400 personas en la Comunidad de Madrid y colaboramos en proyectos en Nepal y otras partes de España.
Lo más importante que hemos aprendido es que nada verdaderamente importante se logra de manera individual. Por eso, compartimos lo que aprendemos con quienes sueñan con usar la música como herramienta para servir a las personas y las comunidades. Y hemos visto que funciona: el 64% de los niños mejora su rendimiento académico, y aquellos que no lo hacen reciben apoyo para lograrlo. El 95% experimenta un aumento en la autoestima e incidimos positivamente en la salud mental, reduciendo los síntomas compatibles con depresión del 70% al 30%.
Es curioso porque cuando preguntamos a los niños cómo se sienten con la música, definen la orquesta como una familia, generando un espacio seguro. Además, las familias se sientan optimistas sobre el futuro de sus hijos en un 70%, en contraste con el sentimiento general de la sociedad. Este viaje ha sido un experimento constante, en el que nos hemos ido adaptando y mejorando a medida que avanzamos. Nuestra misión persiste: utilizar la música como herramienta para construir identidades sólidas, fomentar la libertad de pensamiento y contribuir a una sociedad más justa y comprometida.
PM: De qué manera la cultura, en este caso la música, puede ayudar a los más jóvenes a salir de la exclusión social y luchar contra la pobreza.
MG: Desde nuestra experiencia, les cambia la vida. Los niños acceden a la música como una actividad extraescolar, pero les ayuda en su desarrollo, en su capacidad de aprendizaje y mejoran su rendimiento académico. Más allá de que algunos puedan acceder al conservatorio de música, el ser parte de una orquesta y aprender a tocar un instrumento, les permite ganar en confianza y autoestima, disminuye su vulnerabilidad social, pero no solo les cambia a ellos, sino sus familias porque empiezan a formar parte de una red y no se sienten aislados. Una de las peores facetas de la pobreza es el sentimiento de opresión, humillación y soledad. Las familias nos trasladan que el que sus hijos formen parte de una orquesta les ayuda a todos a salir del aislamiento, ampliar su red de apoyo y vivir con mayor esperanza. La música ayuda así a desactivar los factores psicoemocionales que encadenan a la pobreza.
PM:Con la música, también ayudáis a combatir la soledad no deseada de los mayores. ¿Qué es Experimenta Compañía?
MG:Experimenta Compañía inició su andadura en noviembre de 2020. Es un proyecto de acompañamiento intergeneracional comunitario que busca reducir la soledad no deseada en personas mayores a través de actividades grupales artísticas y creativas. En las situaciones de soledad no deseada hay muchas soledades y suelen ser la antesala de una depresión, sobre todo cuando se tiene más edad. La soledad no deseada es una problemática que afecta a muchas personas mayores de 65 años, afectando a un 26,7% de este colectivo en España, y se incrementa en función del nivel educativo y el sexo, por lo que las mujeres lo sufren en mayor grado.
Así, a través de la música y las artes y las conexiones que se generan entre los participantes, se enriquecen las relaciones sociales y se disminuye el riesgo de sufrir soledad no deseada y sus efectos negativos en la salud física, mental y personal. El proyecto cuenta con la participación de entidades artísticas como la compañía de teatro Caídos del Cielo, el taller audiovisual de la Fundación Voces para la Conciencia y el Desarrollo, los coros de adultos de Acción por la Música y la compañía de danza de Fundación Psico Ballet Maite León. En este vídeo os invito a que veáis su impacto
PM:¿Qué suponen las alianzas para Acción por la Música?
MG: Son fundamentales. Las alianzas te ayudan a entender que se genera mayor impacto uniendo esfuerzos y formando parte de una comunidad, que de manera individual. Nosotros no seríamos nada sin los colegios y las comunidades educativas en los que desarrollamos nuestros programas. Tampoco tendría sentido que las alianzas se cimentasen en solicitar financiación sin que tuviera un impacto en las personas que reciben los programas. Las alianzas no pueden buscar el beneficio individual, sino el colectivo.
Un ejemplo es Red Música Social, una alianza nacional de proyectos sociomusicales, que cuenta con el impulso del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil y que surgió en septiembre de 2020 por la iniciativa de ocho entidades del Tercer Sector de todo el país para mejorar las oportunidades de futuro de niños, niñas y adolescentes. Formamos parte de la iniciativa: Asociación Orquesta Escuela (Zaragoza), Fundació Xamfrà y Palau Vincles (Barcelona), Músicos Sin Fronteras (Vitoria), Etorkizuna Musikatan de Norai (Bilbao), DaLaNota de REDOMI Fundación VOCES y Acción por la Música (Madrid).
PM: ¿Cómo te gustaría que fuera Acción por la Música dentro de 10 años?
MG: Me gustaría que dentro de 10 años fuéramos una institución que haya podido sistematizar hasta el último detalle de su actividad para abrirla a todo el mundo y que se puedan beneficiar de ella.
PM: También eres profesora de Liderazgo en ICADE. ¿Un buen líder nace o se hace? ¿Qué características tiene que tener?
MG: No me interesan tanto los líderes, me interesa más el liderazgo, que es la capacidad que tenemos todas las personas para sostener e impulsar el cambio que nos ayude a progresar como sociedad. Se vincula mucho el liderazgo con el mundo empresarial, pero cada uno de nosotros afronta momentos de liderazgo cada día, que nos ayuda a transformar la realidad sin necesidad de mandar: cuando hablamos en alto sobre alguna injusticia, cuando escucho opiniones de otro que me hacen replantear lo que pienso o cuando superamos nuestros miedos. La clave del liderazgo está en trabajar por una idea de progreso compartido y en la capacidad que tenemos como personas para generar cambio.
PM: Si una persona está pensando en emprender con impacto, ¿qué le recomendarías?
MG: Que pregunte, que escuche y que haga caso a las opiniones críticas. Que luego decida con libertad, porque escuchar consejos no siempre significa seguirlos. También es fundamental que busque apoyo y se cuide física y mentalmente porque emprender es una carrera de fondo. El emprendedor se sentirá solo, incomprendido y con muchas dudas. Pasará situaciones de ansiedad y seguramente podrá atravesar una depresión en algún momento.
Y es muy importante que mantenga sus valores porque en las situaciones más complicadas, los valores le ayudarán a tomar las mejores decisiones.
PM : ¿A quién admiras?
MG: A Adela Cortina.
PM: ¿Quién son tus referentes en liderazgo?
MG: Ronald Heifetz es director-fundador del Centro para el Liderazgo Público en la facultad Kennedy de Harvard por su liderazgo a nivel educativo. También a mi amiga María del Mar García, que es miembro de la primera cohorte de Acumen Fellow 2020 en España -como María Guerreo- y que me ha enseñado a enseñado mucho a ser mujer y no tener miedo a mi feminidad.
PM: Ser feliz es…
MG: Es estar conectado con lo que da sentido a mi vida cada día.
PM: ¿Qué te gustaría hacer en el próximo año?
MG: Me gustaría descansar más.
PM: Un libro y una película
MG: Un libro, ‘Think again’ del psicólogo Adam Grant. Un libro que es una invitación a dejar de lado las opiniones que nos impiden avanzar y que nos invita a abrir nuestra mente. Y una película, ‘La mejor juventud’. Es una miniserie que cuenta la historia de una familia italiana desde los años 60 hasta nuestros días.