Para aquellos que trabajan en el voluntariado y desean ver este tipo de actividad crecer y mejorar en Brasil, siempre esperamos apoyo de diversas fuentes, especialmente en cuanto a la difusión y una mejor gestión de estos trabajos.
Recibimos noticias alentadoras de varias regiones del país que nos animan, pero siempre aparece alguna que nos desanima, especialmente cuando proviene de organismos gubernamentales que deberían ser guardianes de una buena gestión y del orden jurídico de los procesos de colaboración entre el sector público y el voluntariado.
Sé que este no es ni será nunca un canal para hablar de política partidista, sino más bien de política pública. Cuando veo gobiernos invertir recursos y esfuerzos en difundir el voluntariado de manera positiva, merece ser elogiado públicamente. Sin embargo, cuando vemos a un gobierno estatal convocar públicamente a 200 voluntarios con diversas calificaciones técnicas para el trabajo voluntario, con una subordinación explícita, pago de ayuda de costos mensual, una carga horaria de 6 horas diarias, 5 días a la semana, un contrato de 1 año, registro de asistencia, entre otros aspectos, debemos preocuparnos.
Esto muestra la falta de preparación y el irrespeto a la ley vigente, y la falta de preocupación por los recursos públicos, ya que este gobierno está creando un pasivo laboral enorme para el próximo mandatario del estado en cuestión.
Lo que estoy relatando es un hecho. No revelaré el nombre del estado ni del secretario de estado que está llevando a cabo esto por razones éticas, pero la información está en varios periódicos y en el diario oficial del estado. Por lo tanto, no es algo hecho en secreto, es un proceso público presentado como algo muy positivo.
Además, debemos recordar la desvalorización de los profesionales que están siendo convocados, ya que se trata de profesiones técnicas que están siendo gravemente subestimadas en cuanto al salario de sus carreras.
No se debe utilizar a las personas y la fuerza del voluntariado para un servicio tan desfavorable como este, lo que presenta al trabajo voluntario como algo negativo, lo cual no es cierto.
Lo más importante es que el estado podría utilizar esta mano de obra especializada de manera voluntaria mediante un proceso verdadero y legal, pero los gobiernos insisten en creer que son los dueños de la verdad y no escatiman esfuerzos en no preocuparse por el recurso público, ya que ni siquiera les pertenece.
Debemos luchar por un servicio público más responsable y por el respeto al trabajador voluntario en nuestro país.