Durante el verano, las costas son tomadas de asalto por el turismo masivo, por lo que es esencial saber qué hacer para minimizar su impacto ambiental y evitar dañar el ecosistema marino. El turismo masivo puede tener un impacto significativo en el medio ambiente, especialmente en las costas y áreas costeras. Además, quienes pasen sus vacaciones en las costas o en barco en el mar Mediterráneo deben prestar especial atención a la Posidonia oceánica, una planta marina endémica capaz de formar grandes praderas submarinas que actúan como hogar, refugio, lugar de cría y fuente de alimento para muchos animales marinos.
Así lo recuerda la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI/UNESCO), que, en el marco del Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias del Mar para el Desarrollo Sostenible (2021-2030), con su equipo de Ocean Literacy coordina "Save The Wave", un proyecto con el objetivo de proteger y restaurar los ecosistemas marinos del mar Mediterráneo, realizado en colaboración con E.ON Italia en el ámbito de la iniciativa Energy4Blue.
Precisamente con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía en general ya los turistas en particular sobre el valor y la fragilidad de la Posidonia oceánica, así como de todo el ecosistema marino, la COI/UNESCO e E.ON Italia comparten unas sugerencias para pasar los días de verano en playas y calas respetando plenamente el océano:
1 - Conocer la Posidonia oceánica para enfrentar la crisis climática: Para respetar la Posidonia oceánica, es importante comprender plenamente su función. Gracias a sus largas hojas y sus fuertes raíces, la Posidonia oceánica ayuda a mitigar la fuerza de las olas y a atenuar la erosión costera. Y aún más importante, es un ecosistema que alberga aproximadamente el 25% de la biodiversidad del Mediterráneo y es capaz de producir oxígeno y capturar dióxido de carbono de la atmósfera en sus raíces y en el sustrato subyacente. Debido a esta capacidad de retener grandes cantidades de carbono, las praderas de Posidonia oceánica son ecosistemas Blue Carbon, aliados cruciales para contrarrestar los efectos del cambio climático.
2 -Anclar sin dañar el fondo marino: Para quienes decidan pasar sus vacaciones en un barco deben prestar mucha atención a la cuestión del anclaje: anclar en praderas de Posidonia oceánica significa, de hecho, destruir grandes porciones del suelo marino, tanto durante la escala como cuando se decide zarpar. Por lo tanto, es conveniente que el navegante o el patrón sean conscientes de la cuestión y anclen sin prisas y solo después de comprobar las características del fondo marino, con el fin de evitar las zonas con praderas de Posidonia.
3 - No abandonar basura en el mar y en la playa: Es esencial no dejar "huellas" del propio paso en la playa o en el mar: por eso no hay que dejar basura en la playa, y mucho menos tirarla al agua. Cuidado, pues, con las latas de aluminio, los pañuelos de papel y, por supuesto, las botellas, bolsas o envases de plástico. Incluso los de PLA, que son de origen biológico y biodegradables, no se degradan en el medio marino más rápido que los plásticos derivados del petróleo[1], pero siempre deben desecharse en los contenedores de reciclaje correspondientes. Además, así se evita añadir más plástico al mar: según el informe "The Mediterranean: Mare plasticum", publicado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), cada año se vierten en el mar Mediterráneo unas 229.000 toneladas de residuos plásticos, procedentes de las ciudades (50%), los ríos (30%) y el tráfico marítimo (20%). Una vez en el agua, este plástico se desplaza según su densidad y las corrientes oceánicas. Abandonado en el agua, el plástico libera componentes químicos que pueden causar grandes trastornosen los ciclos vitales, reproductivos y nutricionales de la fauna marina. Además, se encuentra en nuestras aguas en cantidades muy importantes.
4 - No recoger piedras ni conchas de mar: No te lleves piedras, guijarros, arena, conchas de mar o corales como "souvenir" de tus vacaciones en el mar: además de considerarse un auténtico delito en algunos lugares -según la normativa regional-, llevarse estos materiales causa graves daños al hábitat. Las conchas de mar, por ejemplo, pueden ser el "hogar" de crustáceos y otros organismos incluso cuando ya están vacías, a demas son ricas en carbonato de calcio, valioso para el ecosistema marino.
5 - Cuidado con los protectores solares: Los protectores solares pueden tener un fuerte impacto en la salud de los océanos. De hecho, las sustancias químicas que contienen entran en el medio marino, dispersándose tanto en la columna de agua como en los sedimentos, a través de la entrada directa de los bañistas y de los vertidos de aguas residuales domésticas o industriales. Corren el riesgo -entre otros efectos- de alterar el crecimiento y el proceso fotosintético de las algas verdes, de acumularse en los tejidos de los corales provocando su blanqueamiento o su muerte, de acumularse en los tejidos de los delfines y de transferir esta acumulación de compuestos químicos a sus crías. En concreto, algunos protectores solares nocivos se han encontrado también en las frondas y rizomas de Posidonia oceánica: la acumulación de estas sustancias tóxicas en el interior de la Posidonia tiene efectos aún inciertos, pero el riesgo de consecuencias tanto a nivel fisiológico -como alteraciones en los procesos reproductivos y de fotosíntesis- como a nivel ecosistémico es elevado.
Las sustancias químicas nocivas de los protectores solares pertenecen a la categoría UVF, es decir, filtros ultravioleta, necesarios para absorber y reflejar las radiaciones UV-A y UV-B. Se trata tanto de sustancias orgánicas (por ejemplo, benzofenonas, p-aminobenzoatos y alcanfor) como inorgánicas, como los óxidos de nanopartículas: dióxido de titanio (TiO2) y óxido de zinc (ZnO). Por eso es fundamental informarse antes de comprar productos de protección solar: es mejor favorecer las cremas inocuas para el océano, libres de los compuestos químicos incriminados, y en general, para reducir el consumo de estos productos, evitar las horas más calurosas y protegerse del sol con sombrillas, o llevando ropa especial incluso al bañarse en el mar.
[1] https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmars.2022.861557/full