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Las Kellys, son las que limpian los hoteles; una asociación autónoma y que apuesta por la autoorganización integrada por camareras de piso, por amigos y familiares de éstas. Su objetivo: salir de la precariedad laboral. El sector turístico, el motor económico de España, y el que por ende debería cuidar más a sus empleados parece que hace justamente lo contrario. Hablamos con Luz, representante de las Kellys, que subraya que esto no es un caso aislado. Nadie se salva, ni grandes, ni pequeños, tampoco los hoteles de cinco estrellas

Las grandes cadenas hoteleras españolas, las más conocidas y que puede encontrar en cualquier ciudad española y capital europea, disponen y presumen de los departamentos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), y es sobre esto lo primero que pregunto a Luz. “Las grandes cadenas de hoteleras son las peores. Un claro ejemplo, en hoteles de cinco estrellas no hay cuadrantes de libranzas, puedes salir a las 11 de la noche y estar allí a las 8 de la mañana siguiente. Les adelantan las fechas de inspecciones laborales y rápidamente hacen plannings ficticios”. El primer cambio que reclaman es el fin de la externalización de las empresas hoteleras y que el mismo Servicio Público de Empleo gestione la bolsa de trabajo. “Lo raro es que te contrate un hotel, lo más normal es que éstos subcontraten los servicios de limpieza y así las condiciones laborales empeoran”. Las empresas externas tienen sus propios convenios, con salarios y condiciones laborales de bastante menos calidad que lo que rige el Convenio de Hostelería, “lo de la Responsabilidad Social es un postureo”, avisa.

Las Kellys disponen de un manifiesto en el que reivindican unos derechos y unos cambios en el sector como por ejemplo: el reconocimiento de enfermedades profesionales(hernias de disco, lumbalgias, ciática…), reducción de la edad de jubilación para todas las camareras de piso, conciliación familiar, mismos derechos laborales para todas( ya estén en prácticas, eventuales, fijas o fijas discontinuas), reducción de la carga de trabajo, obligación de elaborar estudios ergonómicos según las características del hotel o vincular la categoría de los hoteles con la calidad de trabajo que generan. “Somos camareras de piso pero no somos tontas”, enfatiza Luz. Son las que levantan un sector que mueve millones de euros al año y según lo que cuentan son las que menos reciben a cambio. El simple hecho de que un cliente ponga el cartel en la puerta de No Molestar y ellas no pasen puede significar una penalización económica en las nóminas.

¿Conocerán los Dirse (Directores/as de Responsabilidad Social) de los hoteles esto? ¿De verdad hablan con todos los grupos de interés? “Nadie de RSE se ha puesto en contacto con nosotras. La patronal dice que denunciamos casos aislados, sufrimos represalias y si pides tus derechos eres follonera”, señala esta representante de las Kellys. Una asociación que no confía en los sindicatos, les acusan de no evolucionar y acomodarse. “Los hoteles se hacen para vender habitaciones y el departamento de pisos es el que tiene menos miramiento y mimo, el último de la cola y los mayores beneficios vienen por las habitaciones. No nos podemos callar más”. Insisto en saber más de su opinión de la Responsabilidad Social de las empresas hoteleras. “Pero, ¿cómo es posible que tengan fundaciones para ayudar a otros países y en su mismas empresas incumplan derechos fundamentales? Remodelan hoteles sin previamente hacer estudios ergonómicos. Tenemos que bajar, subir moquetas y somieres por ascensores o escaleras no habilitadas para ello”.

kelly camarera pisos

Más de 68 millones de turistas visitaron España en el 2015 y este año todo indica que también se batirá otro récord, el pasado mes de julio fue el mes con más visitas de toda la historia de este país. Según el Observatorio Sectorial DBK, la facturación del sector hotelero aumentará un 7% este 2016 hasta alcanzar los 14.200 millones de euros. Sin embargo, el aumento de turistas y de beneficios no se traduce en mejoras de las condiciones laborales para las camareras de piso. Un dato: una habitación en un hotel de lujo puede costar 200 euros, una Kelly cobra 2 euros por limpiarla.

Puede que los departamentos de RSE, políticos o patronal no les escuchen, pero no les van a silenciar. Tienen más de 5.000 seguidores en Facebook y otros más de 3.000 en Twitter. Algo que en la era digital tiene mucho poder, la reputación de un gran hotel puede verse seriamente dañada con tan sólo unos cuantos tweets. “Cuando oímos titulares que resaltan la potencia en turismo que es España nos da la risa de indignación. Tenemos fuerza y vamos a seguir luchando por nuestros derechos”, comenta Luz. Y no descartan nada, incluso las huelgas, eso sí, poca esperanza tienen si continúa el Gobierno de Mariano Rajoy, “se les tenía que caer la cara de vergüenza con la reforma laboral”.

Tal y como clama la pancarta, son las estrellas de los hoteles pero las están apagando. ¿Se hablará de las Kelly en Fitur? ¿En el Día Mundial del Turismo el próximo 27 septiembre? ¿O en el día en el que salgan números récord de visitantes? ¿Aparecerán las Ke limpian en las próximas memorias de Responsabilidad Social de las cadenas hoteleras?

@ignaciocayetan

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