El Quijote ya nos advertía de que del dicho al hecho hay gran trecho. ¿Hasta qué punto es coherente lo que nos explican las empresas sobre sus programas de Responsabilidad Social y lo que hacen realmente? ¿Hasta qué punto son fiables los Informes de Sostenibilidad y otras herramientas de comunicación que utilizan las empresas para presentarse en el mercado?
Traigo a colación un ejemplo extremo que, por otra parte, no corresponde a nuestra cultura occidental: Los Emiratos Árabes quieren que las empresas dediquen como mínimo 100 millones de dólares a obras humanitarias o donaciones en especie, y los resultados se publicarán en el informe anual de la RSE Nacional en junio 2018.
Es una decisión que se ha adoptado después de que 2017 haya sido "El Año de Dar".