Cada año, las playas se ven inundadas de diversos residuos. La actividad humana genera contaminantes provenientes de fosas sépticas, vehículos, granjas, tierras de cultivo, industrias y derrames de petróleo. Además, desechos como colillas, plásticos y microplásticos agravan la situación. Esta contaminación no solo altera los ecosistemas marinos, sino que también disminuye su biodiversidad y perjudica nuestra salud. Un reciente artículo de BBVA analiza las principales fuentes de contaminación y ofrece claves para mitigar este daño ambiental durante el período estival.