Publicado el
A partir de ahora, cuando una empresa nos hable de RSE lo que hay que preguntarle es si la ha subido al consejo y la ha bajado al negocio.

 

www.josepmlozano.cat

 

Josep M LozanoHe dudado mucho antes de dar por bueno este título. La alternativa era este otro: el ejemplo de la CECA. Puesto que finalmente he optado por el primero, iniciemos el comentario per el segundo. He tenido el privilegio de ser invitado a participar en las II Jornadas de Reponsabilidad Social Corporativa que la CECA organizó en la sede de Bancaja. Era un encuentro de personas responsables de RSE en las diversas cajas aunque, como suele suceder en esta área, la responsabilidad de todas ellas era la misma, pero las denominaciones de su cargo eran de lo más diverso.

 

 

Hablo del "ejemplo de la CECA" porque este tipo de encuentros me parece muy importante. Hace tiempo que sostengo que es necesaria una moratoria de los actos y congresos generalistas sobre RSE (¡esas mesas redondas en las que todos nos sabemos de memoria el power point de todos!) y que es necesario pasar a realizar encuentros de carácter sectorial, con objetivos precisos, con voluntad de aprender y avanzar (y, si hace falta, realizarlos a puerta cerrada). Siempre he sostenido que en RSE no se puede copiar (en la medida que es un itinerario que cada empresa debe crear a partir de su propia historia, cultura, proyecto y sector), pero se puede y se debe aprender. Aprender de las experiencias y de las prácticas, pero también de la inspiración y las motivaciones que las animan.

 

 

No es la primera vez que hablo de las cajas en este blog, porque creo que como modelo institucional son un bien social que no nos podemos permitir el lujo de perder o tergiversar. Sin embargo, reitero que me parece fundamental que no confundan la RSE con la obra social; y que no confundan estar al servicio de los territorios en los que operan con estar al servicio de los políticos que gobiernan dichos territorios. Pero la RSE en las cajas no es solo obra social y territorio. También es –o debería ser- modelo de negocio. Y hay que plantear y debatir públicamente preguntas del tipo: ¿qué papel va a jugar la RSE en el desarrollo de las cajas… y en la configuración del nuevo mapa de las cajas?; o, ¿qué papel van a jugar las cajas en el desarrollo de la RSE? Porque en este ámbito me parece que tienen, por su historia y por su misión, una oportunidad de liderazgo imponente… que no creo que hayan asumido hasta el momento. Todavía no me explico (o quizás prefiero no explicarme) por qué no han ejercido un papel mucho más dinámico y comprometido en el impulso de la ISR en España; o porque no se convierten en los partners de referencia de los emprendedores sociales, por poner dos ejemplos. O, por decirlo con mayor crudeza, si pretenden ser un modelo de entidad financiera diferenciada, ¿podrían decir en qué han sido diferentes antes, durante y después de la crisis?

 

Sólo atender a los títulos de las sesiones de trabajo del seminario ya muestra la voluntad de avanzar hacia una RSE explícita: se hablaba de la relación entre la RSE y la eficiencia, la innovación, los nuevos enfoques del negocio, la transparencia o la generación de confianza. En las diversas intervenciones y en el clima general fue admirable y de agradecer la libertad y desinhibición con la que se habló; la disposición a la autocrítica sin caer en la depresión o dar pábulo a la impotencia; la voluntad no ya de mejorar, sino de impulsar transformaciones; el ánimo con el que se afrontaban los retos sin la ingenuidad de desconocer las dificultades y resistencias estrictamente internas, que existen y que no sería razonable ignorar.

 

 

Y, en medio del diálogo en el que se compartían las diversas aportaciones, alguien lo dijo. No sé si con plena conciencia, ni sé si pasó un poco desapercibido entre tantas contribuciones. Pero lo dijo: se trata de subirla al consejo y bajarla al negocio. Me parece difícil condensar mejor en pocas palabras el principal reto de la RSE para los próximos años (no solo para las cajas, sino en general), de manera que yo, personalmente, me lo tomo como una consigna: este es el mensaje central por el que hay que batallar hoy en la RSE, subirla al consejo y bajarla al negocio. Y no sólo es una consigna, puede ser un test de calidad: ya que me hablas de RSE, muéstrame como está presente en el consejo y en el negocio. En el negocio hemos avanzado algo últimamente: cada vez se está aceptando más la idea desde el punto de vista conceptual, pero ¿y en la práctica? En el consejo… como mostramos hace poco en un estudio, lo que mejor refleja la realidad actual en España es una frase que se hizo famosa en el 23-F: ni está ni se le espera.

 

 

O sea que, a partir de ahora, cuando una empresa nos hable de RSE lo que hay que preguntarle es si la ha subido al consejo y la ha bajado al negocio.

 

 

Y, por cierto, esta expresión refleja a la perfección (y tal vez inconscientemente), el lugar que ocupan, y las tensiones que sufren, los responsables de RSE. ¿Quién, sino, está entre el consejo y el negocio, asumiendo e impulsando algo cuyo desarrollo no está directamente en sus manos, cuyo anclaje debe estar a la vez arriba y abajo, pero cuyo poder para conseguirlo es más que relativo (tanto abajo como, no digamos, arriba), pero cuya responsabilidad nominal al respecto es total?

 

 

Esto debería ser el tema de una próxima entrada. Pero ahora, no nos distraigamos y no olvidemos el mantra de la RSE: subirla al consejo, bajarla al negocio.

 

((Si quieres recibir las novedades de mi blog por RSS o por correo electrónico, haz clik aquí))

 

www.josepmlozano.cat


En este artículo se habla de:
Opinión

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies