Remodelación del Gobierno. Nuevos contenidos para una Presidencia más deportiva, económica y autonómica. Y nueva ubicación para las Políticas Sociales. Que ahora comparten Ministerio con Sanidad tras hacerlo con Educación y Deporte durante un año y antes con Trabajo. Y que algunas comunidades autónomas denominan Bienestar Social y unen a Familia, Ciudadanía o Igualdad.
No demasiado cercanas a Presidencia, Economía o Inmigración desde el punto de vista formal. Pero no vale la pena incidir en formalidades ni en terminología con la que sigue cayendo. Porque está claro que una de sus principales consecuencias es el aumento del desempleo y la pobreza y, por tanto, del número de personas vulnerables. Y que tiene el horizonte casi escrito porque depende en gran medida de nuestra demografía.
Durante la próxima década llegaremos a ser el país más envejecido del mundo. Algo positivo, porque aumenta la esperanza media de vida y ojalá que la felicidad, pero complejo, porque el mercado de trabajo perderá un número creciente de efectivos en términos netos y se reducirá notablemente la proporción entre activos y jubilados.
Con efectos en ángulos tan diversos como el sistema de pensiones, el de salud, la educación, la necesidad de inmigración, la de mejorar la productividad o en el puro mercado de bienes y servicios, incluidos los sociales. Casi nada. Por eso parece que está llamado a ser un contenido a liderar desde la coordinación interministerial. O sea, desde la Presidencia. Aunque no tenga el glamur del Deporte. Y no sólo en el Gobierno. También en las empresas.