Uno de los grandes inductores de la Responsabilidad Social debería ser la Inversión Socialmente Responsable, enfoque que afectaría de una manera muy plena a las entidades financieras.
Dado que el progreso en esta materia estaba avanzando muy lentamente, creemos que el papel que pueda tener el sector público para favorecer el dinamismo en esta práctica debe ser clave, favoreciendo que haya más conocimiento, más confianza, más productos, etc.
Y el gran activo del sector público español para actuar en el campo de la ISR debían ser las reservas de la Seguridad Social, aquellos miles de millones que auguraban la seguridad de nuestras pensiones y que permitían lanzar propuestas en el sentido de hacer una inversión socialmente responsable. Así se recogió en las conclusiones de la subcomisión de RSE del Congreso de los Diputados, por ejemplo. En concreto, la recomendación número 20 decía así:
Impulsar la Inversión Socialmente Responsable (ISR)
Recomendamos el desarrollo de una normativa que obligue a las entidades gestoras de fondos de inversión y planes de pensiones a indicar si incorporan –o no- criterios sociales y ambientales en su análisis para la selección de inversiones, promoviendo así una mayor transparencia en el mercado financiero. En este sentido cabe recordar el impacto que ha tenido sobre el crecimiento del mercado ISR en el Reino Unido la "Socially Responsible Investment" SRI Disclosure Regulation, que instaba a los fondos de pensiones a informar sobre sus políticas de inversión y los criterios de sostenibilidad aplicados. Así, en el caso de España, es necesario introducir la correspondiente modificación legal para introducir la necesaria transparencia de los fondos de pensiones. Desde este punto de vista, el papel de los fondos públicos puede jugar un papel fundamental. Así en la próxima reforma del fondo de reserva de la Seguridad Social debería de estudiarse la inclusión de criterios sociales y ambientales en la gestión del mismo.
Ahora, desgraciadamente, esta reserva corre el riesgo de desvanecerse, fruto de la necesidad de dar respuesta a los cientos de miles de parados que la crisis nos está dejando.
Precisamente para hacer más sostenible la economía mundial, necesitamos fortalecer la inversión socialmente responsable, pero ahora esta crisis nos impedirá hacer uso del gran resorte de ISR de la que se podía disponer en el Estado.
Habrá, pues, que moderar nuestras expectativas en los grandes mecanismos públicos y procurar consolidar la ISR como una opción personal, pidiendo con constancia a las instituciones financieras de qué canales de inversión disponen que recojan criterios de responsabilidad social.
El volumen de la ISR ha disminuido últimamente en el Estado español, y sin unos criterios y unas acciones potentes de RSE integradas en el sector financiero e inversor difícilmente la RSE podrá situarse en un terreno central dentro de nuestra sociedad, nuestros mercados, nuestra economía.
Josep Maria Canyelles
Responsabilitat Global