El huevo o la gallina
Hace unos días tuve la fortuna de mantener una charla informal alrededor de una mesa con personas muy conocedoras y verdaderamente expertas en el campo de la RSE.
Estábamos debatiendo sobre lo divino y lo humano y les lancé una afirmación con una cierta dosis de provocación: en mi opinión, en el desarrollo del concepto de la RSE y en su puesta en práctica, las empresas van por delante de la sociedad y afirmé también que igual era la primera vez que esto se producía en el desarrollo de un concepto de gestión empresarial, recordando que, con respecto a los ámbitos con los que frecuentemente se compara: las exigencias ambientales, las exigencias de calidad, las exigencias laborales de salud y seguridad, etc., en éstas era claramente la sensibilidad de la sociedad en su conjunto lo que había llevado a las empresas en la dirección que hoy conocemos y valoramos.
Cuando digo que las empresas van por delante de la sociedad hay que matizar que son todavía pocas empresas en relación al conjunto del tejido empresarial (un número creciente de empresas grandes y un selecto ramillete de pymes que también va creciendo) y que la comparación es con respecto a una amplia capa social mayoritaria, sabiendo que hay un conjunto líder de organizaciones sociales muy activas en este campo y fuertemente impulsoras de su puesta en práctica.
Claramente también hubo alguna opinión discordante con este planteamiento, pero me llamó la atención, sobre todo, que, a criterio de uno de los asistentes, esta afirmación podía tener un cierto sentido si admitiéramos que las empresas están gestionando la RSE principalmente como un factor de riesgo.
Dejando para análisis más rigurosos el juicio sobre la afirmación objeto de este comentario, su aceptación como hipótesis de trabajo permitiría aproximarse a contradicciones, paradojas y realidades como las siguientes:
Volviendo al tema de si la empresa va por delante o no de la sociedad en el desarrollo de la RSE, cabría preguntarse si puede haber alguna causa para ello.
Me atrevería a afirmar que el concepto de la RSE todavía no es "asible" para el ciudadano medio. Cuando la sociedad avanzó en el tema ambiental, todos teníamos cerca un río cloaca o un entorno ruidoso o muy contaminado. Con el tema de calidad, todos sufríamos la no calidad de las cadenas de suministro. Con la seguridad laboral, había una gran conciencia social sobre sus efectos. ¿Pasa lo mismo con la responsabilidad social? Difícilmente se podría sostener algo semejante hoy en día, aunque determinados comportamientos que hemos vivido y estamos viviendo están ayudando mucho a impulsar esta conciencia.
Emerge, por lo tanto, la educación y la formación como un arma poderosa para ir cerrando la brecha entre empresas/sociedad más avanzadas y empresas/sociedad con menos sensibilidad.
No importa, a los efectos prácticos de este comentario, si es la sociedad o son las empresas quien va por delante o quién va empujando a quién: no interesa quién es huevo o quién es gallina. Lo que importa es que si la brecha existe hay que hacer lo posible por cerrarla, sabiendo que cuando el ciudadano comprenda que su vida debe estar rodeada de comportamientos responsables, seguramente se dejará de hablar tanto de la responsabilidad social.
Juan Felipe Puerta