Publicado el
Acabamos de presentar el último estudio que hemos llevado a cabo en el Instituto de Innovación Social: La RSE en el Gobierno Corporativo de las sociedades del Ibex 35, elaborado por César Arjona. www.josepmlozano.cat
La RSE en el gobierno corporativo

 

Acabamos de presentar el último estudio que hemos llevado a cabo en el Instituto de Innovación Social: La RSE en el Gobierno Corporativo de las sociedades del Ibex 35, elaborado por César Arjona. Esta investigación aborda una cuestión que considero que será uno de los temas claves del desarrollo inmediato de la RSE: su lugar en el gobierno corporativo. El posible lector hará bien en atender al detalle la concienzuda y rigurosa aproximación que ha hecho César Arjona. Pero todavía es más importante que no pierda de vista el marco de referencia en el que se sitúa. Dicho marco no es otro que la pregunta sobre hasta qué punto la RSE está integrada en la manera de proceder cotidiana de las empresas y en las estrategias corporativas, y consiguientemente, qué condiciones hacen creíble y posible esta integración.

 

Si tuviera que sintetizar mi lectura del trabajo de César Arjona, utilizaría un par de expresiones que ha popularizado nuestro sistema educativo (del que me ahorro los calificativos porque ya ha recibido bastantes): la situación actual de la RSE en el gobierno corporativo es, simultáneamente, progresa adecuadamente y necesita mejorar. Por una parte, llama mucho la atención que España sea el lugar del mundo en el que se realizan más informes GRI. Emite más informes que el Reino Unido y Estados Unidos juntos; y más del doble que la suma de todos los países escandinavos. Algo semejante daría un recuento de firmantes del Global Compact (España tiene el 12% de empresas firmantes sobre el total mundial). O las empresas españolas lo están haciendo muy bien, o lo están haciendo muy a la ligera… o las dos cosas a la vez. Mi opinión personal es que hay empresas españolas (desde cotizadas a pymes) que, en el ámbito de la RSE han llevado a cabo iniciativas excelentes; así como también hay algunas que son maestras en la RSE cosmética. Creo que, afortunadamente, el tiempo y, sobre todo, la crisis económica, van a poner a cada cual en su sitio.

 

Pero, como no se cansa de repetir el autor, el estudio no pretende ser una aproximación global a la realidad de la RSE, sino algo mucho más acotado: indagar el lugar de la RSE en el gobierno corporativo. Creo que es bueno subrayar de entrada cuatro puntos que el estudio trata con detalle. Lo que denomina el problema de la regulación; el problema de la integración; el problema de la transparencia; y el problema la credibilidad.

 

Personalmente, considero que el problema de la regulación se ha planteado mal en los últimos años, en la medida en que se ha reducido a una maniquea contraposición entre voluntariedad y regulación. En cambio, en el futuro inmediato creo que aumentará el interés por una cuestión que puede plantearse perfectamente en los términos que propone el autor: "más que obligar a nadie a ser socialmente responsable, lo importante es que quien opte por serlo lo sea seriamente, y no está fuera de lugar que esa seriedad, hasta cierto límite al menos, sea exigida mediante derecho". Porque el debate que viene no es sobre la regulación de la RSE, sino sobre la seriedad de la RSE.

 

El otro gran debate que viene, en mi opinión, es el de la integración de la RSE en la estructura de gobierno de las empresas. Integración propiamente dicha, y no la reiteración de la mera afirmación de que ya está incorporada. De lo que se tratará pues de visualizar, más allá de las afirmaciones sobre su existencia, en qué consiste la institucionalización corporativa de dicha integración y su relación con los órganos de gobierno.

 

En el marco de estos dos grandes debates que vienen es donde cabe situar la cuestión de la transparencia y la cuestión de la credibilidad. Porque me parece necesario abrir ya un debate público que conteste a dos preguntas: para quién se escriben los informes o memorias de RSE, y quién los lee realmente. Entre otras cosas, porque aclarar estas preguntas nos permitiría situar los parámetros de lo manifiestamente mejorable no en la realización material de los informes, sino en su utilidad y funcionalidad para establecer relaciones con los stakeholders, y en su utilidad para la mejora de la gestión. Finalmente, todo lo anterior desemboca en la cuestión de la credibilidad. Pero hay que cerrar bien el círculo, y vincular el incremento de la credibilidad de los informes a la necesidad de seriedad en la RSE (a la que me he referido anteriormente), y no a las oportunidades de negocio que pueda generar la propia RSE (o la realización de memorias).

 

Y una observación final. Nada de lo que he dicho hasta ahora lo planteo con la intención de incrementar el trabajo de los departamentos de RSE, reciban el nombre que reciban, en cada empresa. Muchos de ellos han realizado en los últimos años un trabajo –interno y externo- que en la mayoría de los casos sólo puede ser digno de elogio, por los avances que ha supuesto, el compromiso con el que se ha llevado a cabo y la innovación que ha comportado en términos de gestión. Si se me permite la ironía, recuerdo una vez más que la investigación a la que me refiero lleva por título La RSE en el gobierno corporativo de las sociedades del IBEX 35, y no La realización de los informes de RSE por parte de los departamentos que los tienen a su cargo.

 

No, por nada.

 

www.josepmlozano.cat

En este artículo se habla de:
Opinión

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies