Con David Murillo acabamos de publicar un artículo (Pushing forward SME CSR through a network: an account from the Catalan model), en el que presentamos y analizamos una experiencia de trabajo cooperativo en red que, a lo largo de más de dos años, ha culminado en la creación de lo que hemos denominado RSCat.
El origen y el motor de la experiencia ha sido la voluntad de crear un marco de referencia orientado a dar apoyo a las pymes que quieran integrar la RSE en su modelo de gestión. Lo que se pretende es hacer amable, accesible y viable la gestión de la RSE entre las pymes. Se trata, por lo tanto, de hacer una aproximación a la RSE que sea específica para las pymes, y no la proyección sobre las pymes de los requerimientos, las necesidades y las exigencias de las grandes empresas. La RSE no avanzará entre las pymes si lo que se toma como referencia son determinadas prácticas de las grandes empresas (como por ejemplo la elaboración de memorias o determinados enfoques de la acción social). Al contrario: sea cuál sea la forma que finalmente tome la RSE entre las pymes, sólo tendrá sentido si se ésta construye desde las pymes, con las pymes y para las pymes.
Por eso, en la experiencia a la que me refiero, se ha enfatizado desde los inicios que la RSE no es un estado (o una foto fija), sino un proceso, y que lo que hace falta es una RSE capaz de acompañar procesos empresariales. Se ha partido del supuesto de que, aunque el discurso sobre la RSE parece relativamente reciente, la realidad de la RSE entre las pymes no empieza de cero, sino al contrario: en muchos casos tiene una larga historia y, por lo tanto, lo primero que hay que hacer es apoyarse sobre la historia y la cultura de cada empresa. Y sobre todo se ha trabajado con un criterio fundamental: hace falta un discurso sobre la RSE en positivo, vinculado a la buena gestión y a las buenas prácticas, y no a partir de amenazas (como podría ser, por ejemplo, vincular la RSE al riesgo reputacional).
La experiencia de RSCat se ha movido siempre dentro de estas coordenadas. Pero creo que lo que la hace realmente singular es el proceso que se ha seguido a lo largo del tiempo y del trabajo conjunto. En este proceso hay que resaltar dos cosas: la metodología y los resultados del trabajo.
En lo que corresponde a la metodología hace falta resaltar en primer lugar la composición de la red, entre otras cosas porque la misma composición ya califica los resultados obtenidos, y porque es una composición inédita en el contexto europeo. Han participado las consejerías del gobierno de la Generalitat de Catalunya más directamente involucradas en el desarrollo de la RSE (Economía y Finanzas; Trabajo; Medio Ambiente y ACC1Ó); la Diputación de Barcelona (ya que toda política de RSE para pymes tiene que estar muy arraigada en el territorio); las dos patronales de pymes más significativa (Pimec i Cecot) y las dos organtizacions sindicales (CCOO y UGT), con el apoyo y el impulso académico de ESADE. Esta composición ha dado lugar a una dinámica de diálogo y de aprendizaje muy productiva, puesto que ha permitido que los resultados de cada una de las diversas etapas fueran asumidos por las mismas instituciones que, al fin y al cabo, tendrán que facilitar su desarrollo. En este sentido, se puede decir que se ha priorizado la realización de un trabajo de calidad, y no se ha subordinado nunca la calidad a ninguna carrera para ser los primeros en aparecer ante la opinión pública. Para expresarlo con una anécdota que resulta bastante gráfica: no se ha hecho nunca ninguna nota de prensa ni ningún acto público anunciando lo que se iba a hacer; sólo se han hecho para dar cuenta del trabajo realizado.
En lo que corresponde a los resultados del trabajo, tal vez lo más importante -por su relevancia y por su posible impacto en el futuro- haya sido la creación de un modelo de indicadores para la gestión de la RSE entre las pymes. Este modelo quiere ser una herramienta útil para toda aquella pyme que quiera identificar su realidad en términos de RSE y gestionarla mejor. Por eso se ha creado un aplicativo que permite que cada pyme, en una especie de servicio a la carta, adapte el modelo a su realidad, pueda trabajar progresivamente por fases, y no se pierda en una complejidad difícil de manejar. Sin embargo, por otra parte, es una metodología que, si se realiza completamente, comporta que se cumplan también con los requerimientos de los indicadores internacionales de referencia (como, por ejemplo, el GRI), de manera que así se evita la duplicidad de esfuerzos por parte de la pyme. Todos los materiales están disponibles en abierto, tanto los indicadores como los trabajos previos que pusieron las bases para la elaboración de este modelo de indicadores: un estudio previo de cuatro casos de pymes de referencia en el ámbito del RSE; un análisis de las percepciones del RSE entre empresarios y trabajadores de las pymes; una base de datos sobre materiales y documentos referidos a la RSE y las pymes; un análisis de políticas públicas europeas de ámbito regional para promover la RSE entre las pymes; y un estudio de 15 casos de empresas de diversos tamaños y sectores a partir de la aplicación del modelo de indicadores.
Quizás lo que mejor resume la tarea llevada a cabo es haber confirmado que, entre las pymes, hablar de RSE es hablar de excelencia en la gestión; y que todo desarrollo del RSE tiene que ir ligado al modelo de competitividad. Al fin y al cabo, una confirmación que va en la línea del Acuerdo estratégico para la internacionalización, la calidad de la ocupación y la competitividad de la economía catalana, donde ya no se habla de RSE sino, simplemente, de "competitividad responsable y sostenible": una formulación mucho más asequible y comprensible para la pyme para abordar las cuestiones que estamos planteando.
Josep M Lozano
www.josepmlozano.cat