En un contexto global en el que la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo ineludible, hablar de economía azul es hablar de futuro. Este modelo promueve el uso responsable de los recursos marinos y fluviales para impulsar el crecimiento económico, el empleo y el bienestar social, respetando el medioambiente. En este horizonte, la acuicultura, que se desarrolla en mares y ríos, emerge como uno de los pilares más sólidos de una economía azul verdaderamente sostenible.