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Para garantizar un medioambiente sano y avanzar hacia un mundo libre de contaminación, la transformación más urgente y efectiva es la revisión crítica de procesos: cuestionar lo que hacemos, cómo lo hacemos y, sobre todo, si realmente es necesario hacerlo. En logística —y en muchos otras actividades— lo más sostenible no es lo que se hace con energías más sostenibles o aquello que se recicla, sino lo que se evita. Reducir lo superfluo, eliminar ineficiencias y optimizar cada decisión operativa permite disminuir el impacto ambiental desde el origen, y no como una corrección posterior.

Esto exige no solo una transformación tecnológica, sino también una nueva mentalidad económica y política: hay que priorizar la eficiencia entendida como "hacer menos, pero mejor", apoyar modelos colaborativos y promover marcos normativos que valoren la simplificación y el uso inteligente de los recursos. Sostenibilidad no es añadir capas de complejidad, sino tener el coraje de simplificar.

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Opinión#medioambiente2025

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