Desde mi punto de vista, como profesional del sector transporte, un sector históricamente masculino, puedo observar la persistencia de la desigualdad de género y la necesidad de eliminar los estereotipos arraigados en nuestra industria. La percepción de que ciertos roles son exclusivos para hombres o mujeres limita las oportunidades de desarrollo profesional y perpetúa esta desigualdad.
Es esencial promover una cultura inclusiva y diversa en el sector del transporte, así como en otras industrias con desafíos similares. Esto no solo beneficia a las mujeres trabajadoras, sino que también enriquece a toda la industria al aprovechar todo el talento disponible.
Además, debemos abordar el aspecto de las instalaciones en ruta, especialmente en lo que respecta a las necesidades específicas de las mujeres. Es fundamental implementar medidas que garanticen su protección y bienestar durante el trabajo, como la creación de áreas de descanso seguras y la disponibilidad de instalaciones adecuadas, incluyendo higiene y otros aspectos relevantes. Esto no solo mejora las condiciones laborales para las mujeres en el transporte, sino que también contribuye a crear un entorno más equitativo y seguro para todos los trabajadores