Una de las brechas de género más urgentes es la que genera una cultura de los cuidados que continúa estando centrada en las mujeres como cuidadoras, con importantes consecuencias tanto sociales como económicas.
La falta de corresponsabilidad en los cuidados familiares viene afectando al bienestar financiero de generaciones más adultas (con pensiones más bajas, menor acceso a la formación, etc.). Pero que también sigue impactando actualmente a las mujeres en el entorno laboral, con una brecha salarial que persiste en un entorno en el que todavía la conciliación es una aspiración y la igualdad de oportunidades, en muchos ámbitos, un espejismo.
Cerrar la brecha de género en los cuidados implica de la participación de todas las esferas, desde la familia, hasta la administración pública, pasando especialmente por las empresas y cómo estas transforman la cultura corporativa hacia modelos en los que la maternidad/paternidad y los cuidados no sean un obstáculo en el desarrollo profesional o la igualdad salarial.