A pesar de los avances en el camino hacia la igualdad de oportunidades profesionales, las mujeres aún nos enfrentamos a presiones y desafíos considerables, a menudo más intensos que los experimentados por los hombres.
En las empresas del sector TIC, las mujeres representamos sólo el 23% de los perfiles. No basta con instar a las empresas a incorporar talento femenino mediante regulaciones, exige una reflexión profunda sobre cómo transformar la cultura empresarial hacia un entorno justo e inclusivo. Sólo así, las mujeres podremos sentirnos seguras trabajando y opinando desde otro prisma, fomentando la equidad y el desarrollo de ambos géneros de igual forma en todos los aspectos de la carrera profesional.
Es crucial fomentar un ambiente donde los valores fundamentales sean la confianza, el saber escuchar y el estar abierto al cambio. Este enfoque no solo contribuirá al progreso profesional de las mujeres, sino que también propiciará la creación de un entorno inclusivo que elimine la sensación de discriminación