En un mundo donde solo el 8,6% del material electrónico se recicla o reutiliza, exploramos cómo iniciativas de economía circular están marcando el camino hacia un futuro más verde y sostenible.
La revolución tecnológica ha transformado nuestras vidas de maneras inimaginables, facilitando avances y comodidades que antes eran impensables. Sin embargo, esta transformación no ha sido sin coste. Según datos recientes, la economía global consume más de 100 mil millones de toneladas de material cada año, y lamentablemente, solo un minúsculo 8,6% de este material se recupera para su reutilización o reciclaje. Este dato, más que una estadística, es una llamada de atención sobre la insostenibilidad de nuestras prácticas actuales en la industria IT.
Ante este hecho, se vuelve crucial replantear nuestras estrategias y enfocarlas hacia una economía circular, especialmente en el sector tecnológico. La idea de una economía lineal, donde los dispositivos tecnológicos se fabrican, se usan y desechan, ya no es viable en un mundo que lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental. Por el contrario, es imperativo adoptar un modelo que promueva la refabricación, la reutilización y el reciclaje.
Para alcanzar este cambio, se precisa de la cooperación de los diferentes actores de la industria IT y con un objetivo común: reemplazar el modelo lineal por otro sostenible, orientado a prolongar la vida útil de los dispositivos y la infraestructura IT, con la mira puesta en su eventual reciclaje. Este cambio no solo es necesario desde una perspectiva ambiental, sino también económica y social. Y para ello, es imperativo que las empresas lideren con el ejemplo, implementando políticas internas que favorezcan la larga durabilidad de sus dispositivos y promuevan programas de retorno y reciclaje. Así mismo, es crucial el papel de los consumidores, quienes deben estar informados y ser conscientes de la huella ecológica de los dispositivos que adquieren y su responsabilidad en el ciclo de vida del producto.
La economía circular en la industria IT no es solo una responsabilidad ambiental, sino también una oportunidad para innovar y liderar en un mercado cada vez más consciente de su impacto en el planeta. La transición hacia prácticas más sostenibles puede parecer desafiante, pero es crucial para asegurar un futuro donde la tecnología y el medio ambiente coexistan en armonía.
Además, este tipo de prácticas reduce riesgos, costes y complejidades, protegiendo la empresa contra incumplimientos de normativas medioambientales y de seguridad de datos. Al mismo tiempo, recupera valor de los activos retirados, ofreciendo servicios opcionales de soporte para maximizar este valor.
Nuestros programas para el reciclaje de film, cartón y residuos electrónicos, así como distintas adecuaciones para la mejora de eficiencia energética, son solo algunos ejemplos de cómo se pueden gestionar de manera eficiente los desechos electrónicos.
Nuestra vocación pasa por acompañar a los distintos actores de la industria, operadores, vendedores, aseguradoras, empresas, así como los propios fabricantes, en la firme voluntad de maximizar la vida útil de los productos tecnológicos a través de un conjunto de servicios responsables con el medio ambiente, y por otro la reducción de emisiones, para permitir así una economía circular real. En este sentido destacaría la iniciativa que Ingram Micro tiene previsto poner en marcha para que todos nuestros clientes puedan conocer la huella de carbono de los equipos adquiridos.
En el marco del COP28 para dirigir la hoja de ruta que deben mantener los Estados, es esencial que las empresas IT y los consumidores reconozcan la importancia de adoptar prácticas sostenibles. La adopción de una economía circular no es solo un imperativo ético, sino una estrategia inteligente para un desarrollo sostenible. Con la colaboración entre distintos actores del sector, podemos avanzar hacia un futuro en el que la tecnología sea no solo una herramienta para el progreso, sino también un aliado en la conservación de nuestro planeta.
