El calentamiento global, los desastres naturales y la escasez de materias primas llevan alertándonos, desde hace años, de la necesidad de impulsar otras formas más respetuosas de relacionarnos con nuestro entorno para reducir el impacto que causamos al medio ambiente. De hecho, con el objetivo de promover una mentalidad más sostenible, la mayoría de los gobiernos y organismos internacionales llevan tiempo generando iniciativas centradas en la protección del medio ambiente que van dirigidas no solo a los ciudadanos sino también a las empresas.
Por ejemplo, la Unión Europea trabaja desde hace más de una década en el desarrollo de normativas que, con el objetivo de proteger el medio ambiente, promueven cambios -tanto en las acciones cotidianas de los ciudadanos como entre las empresas-, a través de medidas que impulsan el reciclaje, la reutilización y la reducción de los residuos.
Gracias a estas nuevas normas, los desechos que hace unos años habrían sido tratados como basura, hoy son aprovechados por muchas empresas para fabricar nuevos productos. De esta manera se fomenta la economía circular, en la que resulta clave la colaboración de las compañías para aprovechar al máximo los residuos que generan.
Es indudable que las empresas, especialmente las grandes corporaciones, desempeñan un papel fundamental en la promoción de la sostenibilidad ambiental. Por lo tanto, es esencial implementar medidas de control de gestión de residuos, desarrollar planes de sostenibilidad y fomentar una mentalidad más ecológica para reducir el impacto humano en la naturaleza.
Como expertos en la digitalización de la cadena de valor de residuos, durante los últimos 15 años en TEIMAS hemos sido testigos del cambio en la mentalidad de las grandes corporaciones sobre la protección del medio ambiente: ahora, son más conscientes que nunca de que no solo tienen el deber legal - sino también ético - de vigilar y cuidar la seguridad y el bienestar de otros (“duty of care”).
Teniendo en cuenta que con los últimos cambios normativos la responsabilidad de la gestión de los residuos es compartida entre productores y gestores de residuos, muchas grandes corporaciones están implantado herramientas tecnológicas para controlar los residuos que generan de forma más eficiente.
Y es que, una de las mejores soluciones de las que disponen las empresas para impulsar su sostenibilidad es digitalizar el proceso de gestión de residuos a través de su cadena de valor. Porque les permite conocer la trazabilidad de los desechos que generan y controlarlos desde su producción hasta el último tratamiento. Esto facilita el retorno de los residuos a la cadena de valor, lo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global.
Si a nivel global la tecnología está permitiendo a las grandes corporaciones cumplir mejor sus objetivos de sostenibilidad, en la Unión Europea se alza como gran aliado para cumplir las normativas, cada vez más exigente. Entre estas cabe destacar la futura Directiva CSDD o CS3D (Reglamento sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad de las empresas), que con su entrada en vigor antes de 2024, reforzará la importancia de que las compañías adopten una conducta responsable en aspectos sociales, laborales y ambientales.
Además, la digitalización ofrece a las empresas información más detallada sobre sus residuos, lo que les ayuda a tomar mejores decisiones sobre los pasos a seguir en materia de RSC, e incrementa su competitividad industrial pues, aunque no lo parezca, “ser verdes” sirve también para reducir costes, mejorar la imagen de la empresa o atraer nuevos inversores, entre otras cosas.
La tecnología es, por tanto, una aliada para las empresas que desean mejorar su sostenibilidad ya que les ayudará a gestionar mejor sus recursos, generar valor y minimizar sus riesgos ambientales, entre otras muchas cosas, para lograr que se conviertan en negocios más rentables y respetuosos con el medio ambiente.