La igualdad de género en el ámbito laboral debería ser un hecho natural, una norma incuestionable y una realidad arraigada. Sin embargo, la realidad nos muestra un panorama diferente, uno en el que la igualdad de género aún no es la norma y, por tanto, surge la necesidad de hacer que los Planes de Igualdad sean obligatorios para todas las empresas. Pero, ¿no es paradójico que se necesiten planes para algo que debería estar completamente normalizado?
A finales de abril, en Moinsa aprobamos el primer Plan de Igualdad de la compañía, con el que pudimos identificar que, aunque no había relación por motivos de sexo, existía una brecha salarial del 7 % entre hombres y mujeres. No obstante, comprobamos era mucho menor que en el resto de España (22,9 %). Este hecho pone de relieve una preocupante realidad: ni siquiera con la implementación obligatoria de este tipo de medidas se ha logrado alcanzar una igualdad real.
En Moinsa hemos trabajado junto con nuestros trabajadores y sus representantes, realizando un diagnóstico de 9 aspectos esenciales que toda empresa debe analizar: la composición de la plantilla, la selección y contratación, la promoción y desarrollo de carrera, la formación continua, la clasificación profesional, las condiciones de trabajo y salud, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, la prevención del acoso sexual o por razón de sexo, y la comunicación corporativa. Con ello, hemos acordado 57 medidas de cambio real y efectivo, en la que se han establecido metas claras y medibles, sobre las que trabajaremos en los próximos 4 años. Y es que, aunque en la actualidad sea obligatorio, desde Moinsa animamos a todas las empresas a realizar una evaluación interna de su cultura empresarial y cómo afrontar la igualdad de género en el ámbito laboral.
Sin embargo, más allá de lo que se puede marcar en el papel, la verdadera cuestión a debatir es: ¿por qué la igualdad de género en el ámbito laboral no es la norma en todas las empresas? ¿Por qué aún necesitamos Planes de Igualdad para garantizar algo que debería ser evidente?
La normalización de la igualdad de género en el lugar de trabajo es un desafío que debe ser compartido por toda la sociedad, no sólo por las empresas. Es nuestra responsabilidad colectiva promover una cultura de igualdad, tanto en nuestras organizaciones como en nuestras comunidades. La igualdad no sólo es una cuestión de justicia social, sino también un factor clave para el crecimiento y la sostenibilidad de los negocios. Y eso es algo que en Moinsa tenemos claro desde hace tiempo.
En definitiva, sólo cuando la igualdad de género esté completamente normalizada en nuestro entorno laboral, los Planes de Igualdad se volverán redundantes. Hasta entonces, son una herramienta necesaria en nuestra lucha por la igualdad.