Al mismo tiempo, la Casilla Empresa Solidaria del Impuesto de Sociedades se ha convertido en la herramienta más efectiva para que las empresas se involucren en la transformación social. Desde su creación, esta casilla ha servido para impulsar la financiación de proyectos sociales que generan un gran impacto y valor social, mejorando la vida de millones de personas.
Cuando impulsamos esta herramienta, en la Plataforma del Tercer Sector, éramos conscientes de que las empresas españolas estaban tomando conciencia de la importancia de contribuir al bienestar social y al desarrollo sostenible. Queríamos facilitarles la participación, y a lo largo del tiempo, la casilla ha abierto espacios de colaboración, acciones de aprendizaje mutuo y ha fortalecido alianzas entre sectores que no siempre han ido de la mano.
El contexto actual nos muestra empresas que no solo buscan rendimiento económico, sino que también desean ser socialmente responsables y tener un impacto positivo en las comunidades en las que operan. Quieren contribuir directamente a los grandes desafíos sociales y sentar los cimientos de un nuevo modelo más justo, igualitario y sostenible.
En la actualidad, ambos actores, empresas y entidades sociales, reconocen la necesidad de unir fuerzas para abordar los desafíos sociales y ambientales que enfrentamos. La Casilla Empresa Solidaria ofrece una oportunidad inigualable para que las empresas pasen de la colaboración puntual a un cambio sistémico y sostenible en su enfoque empresarial. Un mecanismo valioso que nos permite llevar a cabo esta colaboración de manera tangible.
Además, para generar un impacto positivo en la sociedad y ser relevantes en la transformación, las empresas deben asumir un papel activo en la regeneración social. Esto implica no solo destinar recursos económicos a través de la Casilla Empresa Solidaria, sino también adoptar prácticas empresariales responsables y sostenibles en todas las áreas de su operación. Es necesario tener una mirada holística hacia la responsabilidad social empresarial, considerando aspectos como la ética, el respeto a los derechos humanos, la diversidad, la igualdad y el cuidado del medio ambiente.
La colaboración entre empresas y entidades sociales es esencial para impulsar este cambio sistémico. A través de alianzas estratégicas, podemos combinar el conocimiento y la experiencia del sector empresarial con la visión y la experiencia del Tercer Sector. Las empresas pueden aprender de las organizaciones del Tercer Sector sobre las necesidades y desafíos sociales, mientras que las entidades sociales pueden beneficiarse de la experiencia empresarial en áreas como la gestión, la innovación y la escalabilidad. Juntos, podemos abordar los desafíos sociales de manera integral y generar soluciones innovadoras y sostenibles.
La Casilla Empresa Solidaria es solo el primer paso hacia una mayor implicación de las empresas en la transformación social. Y aunque es una herramienta valiosa, todavía hay mucho trabajo por hacer. Necesitamos fortalecer y promover esta herramienta, garantizando que las empresas estén plenamente informadas sobre su existencia y los beneficios que conlleva. Queremos asegurar a las empresas que los fondos recaudados a través de esta casilla tienen un impacto real y directo en la sociedad y en el medio ambiente. Financiamos proyectos que buscan generar un cambio positivo en la sociedad y mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables.
Hoy, invito a todas las empresas a reflexionar sobre el poder que tienen para generar un cambio significativo. Más allá de buscar únicamente el beneficio económico, pueden ser agentes de transformación social. Impulsemos la economía del triple impacto, que busca no solo la rentabilidad financiera, sino también la generación de impacto social y la sostenibilidad ambiental. Trabajemos juntos, empresas y entidades sociales, para construir un futuro más equitativo, inclusivo y sostenible. Cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en esta tarea y juntos estaremos más cerca de conseguirlo.