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¿Son conscientes las empresas de la rentabilidad que supone la inclusión en la plantilla?

La inclusión de las personas con discapacidad en las empresas fomenta la rentabilidad económica y social de las mismas.

En nuestro país, los datos de desempleo de las personas con discapacidad son aterradores, superando el 73% en 2022. Esta cifra responde a una cruda realidad: las personas con discapacidad tenemos mayores dificultades de acceso a la educación. España no es un país en el que se potencie el teletrabajo, tanto los estereotipos como el desconocimiento fomentan la cautela en la contratación.

Ante esta situación, cabe preguntarse ¿son las empresas realmente conscientes de la rentabilidad, ya no solo social, sino económica, que supone contratar a personas con discapacidad?

Por ello, la contratación de personas diversas supone una ventaja competitiva por varios motivos, entre los que destacan:

  • Ser un reflejo de la sociedad a la que sirven, que se traduce en ofrecer mejores servicios al conocer mejor las necesidades de una parte considerable de la población. Aproximadamente, el 10% de la población española tiene algún tipo de discapacidad
  • La incorporación y enamoramiento del talento, que de otro modo queda desaprovechado.
  • La predisposición y la adaptación de ejecutar el trabajo de diferentes formas. Einstein dijo: “si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. De modo que, quien incluye más allá de la normativa, sale ganando.
  • La evidencia científica demuestra que tener a personas con discapacidad en plantilla mejora el ambiente laboral, otro factor importante para el enamoramiento de talento, más conocido como retención del talento. Cuando enamoras y no retienes, la rotación es menor, lo que supone un gran ahorro y retorno de la inversión.
  • La diversidad fomenta la innovación.
  • Ayudas y bonificaciones fiscales a la contratación de personas con discapacidad. La contratación de personas con discapacidad se fomenta por el Estado en España a través de estas medidas.
  • Ayudas económicas para la adaptación del puesto de trabajo. Uno de los mayores miedos que sufren las empresas por desconocimiento es el coste que les puede suponer la contratación de estas personas que en muchos casos necesitan lo que se conoce como el ajuste razonable al puesto de trabajo. Cuando se realiza este ajuste razonable de trabajo, y ha existido previamente una correcta selección de personal, la discapacidad no merma para nada la productividad.
  • Imagen reputacional y confianza. Una empresa que se esfuerza por incluir a todos y no dejar a nadie atrás se construye en dos intangibles de valor incalculable para sus diferentes públicos objetivos. Las relaciones puramente transaccionales disminuyen lo que en Marketing se conoce como life time value o tiempo de vida de un cliente. Se ha pasado de la transacción a la confianza para la conversión.

Entonces, ¿cómo podemos cambiar esta realidad?

Es un cambio de doble sentido. Por un lado, las personas con discapacidad y nuestras familias debemos vencer el estigma internalizado, es decir, vencer esas creencias limitantes que finalmente nos terminamos creyendo. Esta cuestión la abordamos en Convives con Espasticidad (www.convives.net) desde diferentes proyectos.

Y, por otro lado, las empresas deben:

  • Ofrecer formación para el resto de los empleados en materia de inclusión y específica sobre su puesto de trabajo para las personas con discapacidad.
  • Asegurar los apoyos técnicos y humanos necesarios para que la persona pueda desempeñar su trabajo.
  • Establecer alianzas con empresas y entidades expertas en la inclusión laboral.
  • Celebrar un día repleto de actividades en el que participen personas con discapacidad. ¿El motivo? Cuando convivimos, la discapacidad pasa a segundo plano.
  • Facilitar diversos canales de comunicación y la confianza necesaria para que los empleados trasmitan sus dificultades y necesidades sin miedo.
  • Dar una oportunidad.

Debo confesar que estoy sesgada, yo tengo parálisis cerebral infantil. A mis padres, unos médicos les dijeron que iba a ser un vegetal, que comprasen una silla crecedera y que se “olvidarán” de mí. Según ellos, no tenía ninguna posibilidad, De esto, hace ya 36 años.

Ahora soy psicóloga, asesora, mentora y comunicadora. Además, desde los 22 años soy presidenta y cofundadora de la Asociación Convives con Espasticidad. Menciono esto, no para presumir, sino para demostrar que, con apoyos, los limites se reducen y las posibilidades se amplían.

Al fin y al cabo, todo empieza con una oportunidad. Pero al contrario de lo que se piensa, el beneficio es doble para las personas con discapacidad y para las empresas. Por eso, antes de finalizar, volvemos a la pregunta inicial: ¿son conscientes las empresas de la rentabilidad que supone la inclusión en la plantilla?

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