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La diversidad biológica abarca seres vivos y no vivos de nuestro planeta, su interconexión y sistemas. Ha estado disminuyendo rápidamente la última década con las actividades humanas. Se estima que las poblaciones silvestres se han reducido 69% en promedio los últimos 50 años y los ecosistemas naturales en un 47% por el uso recursos a un ritmo que supera con creces la capacidad de la naturaleza para restaurarse. Como la vida en la tierra depende de la biodiversidad, también la economía. De hecho, más de la mitad del PIB mundial depende directa e indirectamente de los productos y servicios de la naturaleza.
COP15, "gemelo" en biodiversidad al Acuerdo de París

Ahora, el acuerdo Kunming-Montreal de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15), presidida por China y organizada por Canadá, que finalizó el 19 de diciembre, creará un impulso similar hacia objetivos de biodiversidad que el acuerdo de París respecto a cambio climático en 2015, sobre todo por fortalecimiento del papel de la financiación. Consta de cuatro objetivos globales ambiciosos para para 2030 y 2050 para proteger la naturaleza de un mayor deterioro y "construir un futuro compartido para toda la vida en la Tierra".

Incluye aumentar la preservación de la tierra y agua, reducir la contaminación, incorporar la biodiversidad en las políticas nacionales, reducir subsidios perjudiciales y movilizar fondos para planes nacionales. Acuerda conservar y gestionar eficazmente y restaurar al menos 30% de los ecosistemas marinos y terrestres del mundo para 2030.  El lenguaje, aunque no "obligatorio", es suficiente para esperar que tenga un impacto significativo. Aunque EEUU no es signatario y no está obligado por COP15, la administración Biden ha tenido un papel activo y prometido tomar medidas en línea con las resoluciones adoptadas.

El objetivo 15 favorece los esfuerzos del sector privado. Requiere que los gobiernos tomen medidas para alentar a grandes empresas e instituciones financieras a seguir y divulgar impactos en la biodiversidad, así como riesgo/dependencia de su pérdida. Se espera que tenga un enfoque en toda la cadena de valor de las empresas, no solo las operaciones propias. Además, el objetivo 14 exige alineación de los flujos financieros públicos y privados, que amplía la acción del sector financiero. Se requiere una cantidad significativa de financiación y se ha pedido al Fondo para el Medio Ambiente Mundial que establezca un fondo especial. Además, el acuerdo apunta a la eliminación gradual o reforma de subsidios que perjudican la biodiversidad en al menos 500.000 millones de dólares por año, casi duplicando la cantidad esperada.

Los objetivos anteriores de 2011-2020 no se cumplieron por mucho

No es la primera vez que el mundo se compromete con la biodiversidad. Los objetivos anteriores de Aichi 2011-2020 no se cumplieron por mucho. Pero la diferencia es que el nuevo marco es medible y tiene disposiciones y acuerdos sobre seguimiento, informes y revisión, en un contexto global mucho más favorable.

De hecho, varias iniciativas sobre cambio climático están sirviendo de modelo. A nivel científico, IPBES, con sede en Naciones Unidas, desempeña un papel similar al de IPCC en clima. Ya hizo un informe en 2019 que hizo sonar la alarma sobre la gravedad de la crisis de biodiversidad.

En cuanto a normas de información, el grupo de trabajo sobre divulgaciones financieras relacionadas con la naturaleza (TNFD) está emergiendo como lo hizo el de divulgaciones relacionadas con el cambio climático, TCFD.  Además, se están formando coaliciones de inversores como el Compromiso de Financiación para la Biodiversidad y recientemente Nature Action 100 para el diálogo con las empresas respecto a biodiversidad, de la misma manera que Climate Action 100+ lo hace en cambio climático.

De manera que, con la mayor acción gubernamental para alcanzar estos objetivos COP15 y mejor información empresarial, podemos esperar transparencia respecto a riesgos y oportunidades relacionados con la biodiversidad. Al igual que con el clima, incluye riesgos físicos, es decir, impactos financieros por pérdida de biodiversidad y funciones de los ecosistemas; así como riesgos de transición, es decir coste de las regulaciones, activos sin valor, cambiantes preferencias de los consumidores y nuevos desafíos legales. Las oportunidades pueden surgir de modelos de negocio positivos para la naturaleza y empresas con soluciones para la transición hacia una menor huella de biodiversidad, las cuales con el tiempo pueden beneficiarse de menores primas de riesgo.

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