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Inflación mundial: la pandemia de la economía global

El mundo está viviendo una nueva amenaza: no es el COVID 19 ni tampoco la Guerra en Ucrania. Hoy en día todas las naciones deben lidiar con una pandemia silenciosa que entra por los bolsillos de cada una de las familias: la inflación global.

La Década del 30 el mundo fue testigo de una de las contracciones económicas más grandes de nuestra historia: 17,6% de inflación en lo que se conoció como el período de la “Gran Depresión”. En esa época las consecuencias de la guerra no dieron tregua y la Década del 40 volvió a remecernos con una inflación del 15,4% como consecuencia del fin del conflicto mundial.

Varios años después nos volvemos a enfrentar con un escenario muy parecido en términos económicos, pero en donde la globalización y la modernidad parecen transformar este en un fenómeno silencioso.

Hoy España enfrenta una inflación que está bordando el 10%, encareciendo seriamente los productos alimenticios a todo nivel. Es que la combinación guerra y pandemia ha terminado siendo letal para las intenciones que acercarnos al anhelado Desarrollo Sostenible.

Según cálculos de la ONU, más de 250 millones de personas podría superar los niveles de pobreza extrema. La oficina de los ODS en tanto proyecta que la crisis actual alimentada por las consecuencias de la pandemia, podría hacer que por primera vez en 30 años la pobreza aumente en el planeta. Este fenómeno hoy comienza a tener no uno, sino millones de rostros.

Este escenario ha amenazado seriamente el riesgo que los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030 no puedan cumplirse. Uno de ellos respecto a la desigualdad, pretendía potenciar la inclusión social, económica y política. La crisis global ha debilitado las políticas públicas relacionadas con estas aristas, centrando los esfuerzos de los gobernantes en contener los devastadores efectos del COVID19 en nuestro diario vivir.

Existen expertos economistas que han atribuido la inflación a todo el dinero que han inyectado los gobiernos para ayudar a los ciudadanos. Hoy gran parte de esas ayudas están llegando a su fin, y comenzaremos a vivir una etapa en la que el trabajo y las necesidades materiales empezarán a aumentar.

¿Qué esperanza nos queda hacia adelante? ¿Hacia dónde vamos como sociedad con respecto a nuestro modelo económico? ¿Qué está pasando hoy con las familias que tienen menos oportunidades? A nuestra economía le falta una dosis de solidaridad.

La Economía Solidaria es un concepto que comienza a originarse en la Primera Revolución Industrial. Se resume como un tipo de economía en la que el centro está en el valor del ser humano por sobre la priorización del capital. Aquí los conceptos de cooperación y autogestión en la producción son fundamentales.

Un ejemplo de este modelo son el auge de las cooperativas en países de Latinoamérica. Instituciones en que todos los socios administran la entidad con el mismo derecho a voto y acciones de la misma. Otra de las aristas claves es la forma de gobierno horizontal.

Este ejemplo concreto podría ser uno de los caminos para ir avanzando hacia una sociedad un poco más justa. Las autoridades tienen en sus manos el futuro de esta crisis, con medidas que no solo aborden el corto plazo, sino permitan proyectar un modelo de desarrollo que realmente apunte a la sostenibilidad. Esperemos que esta pandemia económica tenga más pronto que tarde una vacuna que aliviane sus devastadores síntomas.

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