La red permite además crear un club sobre una temática en particular y agendar distintas salas de conversación. Cada miembro revise notificaciones directas del horario y temática de esos espacios de encuentro. Es la mezcla perfecta entre las bondades del podcast y la simpleza del mundo de los chats.
Es tan rápido el crecimiento de Clubhouse, que plataformas como Twitter han empezado a ser una dura competencia, ofreciendo también salas de audio para conversaciones.
Los speakers y coaches son los más fieles seguidores de esta nueva red, pues hace pocas semanas se inició el proyecto de monetización. Este permitirá a los creadores de salas recibir donaciones de los oyentes, lo que se transforma en una atractiva oportunidad para los generadores de contenido.
¿Pero qué pasará en el futuro? ¿Logrará el regreso a lo presencial derrumbar la afición de sus más de 10 millones de usuarios? Es que la nostalgia de las buenas conversaciones antes de la pandemia es la excusa perfecta.
En la Antigua Grecia, el Ágora era ese espacio público de la ciudad en donde sus habitantes se reunían para hablar de diversos temas. La mística y el respeto es una constante en esta plataforma. Es que existe una necesidad imperiosa de las personas por ser escuchadas.
En el ámbito de los negocios, Clubhouse se ha transformado en un formato ideal para la colaboración entre profesionales de distintas partes del mundo. La tecnología una vez más muestra sus bondades y permite a ejecutivos de distintos países unirse y generar colaboración.
¿Afectará su popularidad el fenómeno del desconfinamiento mundial? ¿Y en el momento en que termine el COVID19? ¿Cuál será la tendencia? Hoy las principales redes sociales se han apropiado de las salas de audio para lograr conquistar a más audiencias. Más que reemplazar a lo presencial, Clubhouse se transforma en un complemento. La espontaneidad es la receta mágica de estas salas de audio. No es necesario un guion o una preparación previa para disfrutar de una buena conversación.
Tecnología al servicio del Desarrollo Sostenible. La mano amarilla es ahora el ícono de los espacios de encuentro, de potenciar la esencia de la comunicación: poner en común distintas historias, distintas realidad y distintos anhelos.