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Nuestra sociedad se enfrenta hoy a grandes retos que la preocupación por la pandemia y sus consecuencias parecen haber orillado. Pero, como en el relato de Monterroso, cuando el virus deje de castigarnos, el dinosaurio todavía estará ahí. El cambio climático, las migraciones, la gestión del agua…seguirán acechándonos y tendremos que seguir enfrentando complejos retos sociales, económicos, políticos o medioambientales a los que habrá que dar respuesta.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nos han proporcionado una hoja de ruta de aquí a 2030. Una ruta que en Deusto Business School hemos interiorizado en nuestras estrategias de gestión interna y con la que, además, queremos contribuir para que las empresas diseñen nuevas maneras de hacer las cosas a través de nuestros programas de formación. 

Maximizar el beneficio ha sido siempre el objetivo principal de cualquier organización, pero es evidente que se trata de una meta que se queda corta. Hoy más que nunca, la gestión empresarial debe trabajar también para realizar una contribución positiva al bien común de la sociedad y a la dignidad de las personas que conforman la organización. 

Educar para el humanismo y educar de manera humanista son dos caras de una misma moneda que muestran la importancia de que los valores calen en los directivos encargados de gestionar empresas que se planteen nuevas preocupaciones. Que se cuestionen, por ejemplo, si la gestión que están haciendo es la que el mundo demanda, si  estamos creando el tipo de compañías a la que los distintos stakeholders aspiran, o si de verdad estamos dando respuesta a los retos que nos marcan los ODS…

Queremos ser compañeros de viaje de las empresas y ayudar a sus gestores a ejercer un nuevo tipo de liderazgo. Queremos formar líderes con valores y que sean capaces de transmitirlos a su equipo; que no hablen de valores, sino que vivan con ellos y sean capaces de dar ejemplo.

No necesitamos directivos que quieran tener todo bajo control, sino directivos que deleguen, que dejen hacer y que confíen en sus equipos. En tiempos de incertidumbre está demostrado que es más importante que nunca sumar las inteligencias de unas personas y otras, porque cada persona tiene información de parte del problema y parte de la solución.

Formar en valores supone estar orientados hacia los retos del  mundo de la empresa y a los cambios generados por la transformación digital, así como a los derivados del emprendimiento y la innovación y también, por supuesto, la sostenibilidad. 

Es importante estrechar la colaboración de las escuelas de negocios con otros agentes sociales para construir un mundo más próspero, justo e inclusivo, que dé respuesta a los principales retos de la sociedad y de las organizaciones y que promuevan y lideren proyectos empresariales sostenibles en un contexto global, generando conocimiento interdisciplinar. Creemos firmemente que las aulas son el germen de transformación de las empresas y en ello trabajamos. Queremos ser capaces de entregar a las empresas las herramientas necesarias para el buen liderazgo destinado al bien común.

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