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Este año más que nunca, los comerciantes han puesto grandes expectativas en la campaña del Black Friday para tratar de salvar las cuentas de al menos una parte del año. Realmente, 2020 no está resultando un año fácil para nadie, y el que está deseando facturar choca con los bolsillos de muchos potenciales compradores que deben guardar su dinero para lo realmente necesario, pues este año no les da para demasiados caprichos.

Porque eso es lo que en gran medida se compra durante este tipo de campañas: cosas que no necesitamos, antojos, productos que tienen una rebaja tan apetitosa que no podemos resistirnos a llevarlos a casa, aunque realmente no nos hagan falta. Se trata de una inercia consumista que alimenta el sistema económico actual: hay que poner a circular el dinero de la ciudadanía para que, de sus compras, coman los comerciantes y los empresarios.

Pero por el camino nos olvidamos del impacto negativo que ese consumismo desmedido tiene para el planeta. Cada día se producen y transportan millones de prendas, objetos y todo tipo de dispositivos a partir de materias primas y energías que reducen los recursos naturales y dejan su huella de carbono en el medio ambiente. Y cada día, millones de esas prendas, objetos y dispositivos terminan en basuras y vertederos, sustituidos por otros más nuevos, generando una ingente cantidad de residuos que no llegan a desaparecer en años.

Es difícil dar la vuelta a este sistema capitalista y consumista, del que depende una gran parte de la industria de todo el mundo, pero es el propio mundo el que está acusando sus efectos negativos. Y los expertos ya nos han avisado, vivimos una emergencia climática que no puede esperar, y todos tenemos la responsabilidad de tomar partido y ser parte de la solución a los retos globales a los que nos enfrentamos como sociedad: el calentamiento global, las desigualdades sociales, y todos los desafíos que recogen los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Una parte de la solución es abandonar la fiebre consumista y adoptar hábitos de consumo responsable, en línea con el ODS 12. Esto no quiere decir que haya que dejar de comprar productos, sino de pensar primero si realmente los necesitamos, o si no podemos conseguirlos por otra vía, dando una segunda vida a objetos que ya existen antes de hacer que se fabriquen otros nuevos. En definitiva, hablamos de economía circular y de las tres ‘R’: reducir el consumo innecesario, reutilizar lo que todavía está en condiciones de aportar valor, y reciclar aquello que puede convertirse en un nuevo producto, evitando la excesiva generación de residuos y apostando por un modelo económico más sostenible.

Durante todos estos días, las marcas y las superficies comerciales nos están metiendo por los ojos este mensaje: comprar, comprar, comprar. Por suerte, poco a poco también van surgiendo iniciativas que tratan de alzar la voz y reclamar un consumo responsable, y ya hay una corriente alternativa al Black Friday conocida como Green Friday, que están respaldando a nivel mundial organizaciones como WWF, ECODES o representantes de la propia Comisión Europea.

No compres, regala

En Gratix comenzamos hace poco más de un año a ofrecer a los ciudadanos españoles una herramienta con la que poder, de forma sencilla, iniciarse en un nuevo paradigma del consumo: si tienes algo que todavía puede aportar valor a alguien pero tú ya no lo necesitas, regálalo; y si necesitas algo que tal vez otra persona tenga y ya no utilice, pídelo.

No se trata de una iniciativa de naturaleza benéfica, no es ese el fondo de la propuesta (si bien sí tiene un carácter social y solidario). Puedes tener dinero para comprarlo nuevo, pero eliges reutilizarlo por convicción, por responsabilidad social y medioambiental, por hacer tu aportación a esos retos globales de los que hablábamos.

Y como parte de esa aportación, este año nos hemos sumado al movimiento Green Friday con nuestra campaña #YoNoComproYoRegalo, con el objetivo de convertir esta semana en un acicate para acelerar ese cambio hacia la economía circular y el consumo responsable. En ella han participado marcas como Hemper, con sus productos hechos con cáñamo 100% sostenibles; The Running Republic, que fabrica ropa deportiva con materiales reciclados; o Robingood, que selecciona alimentos con alma, procedentes de empresas sociales.

Todas ellas han hecho suyo el lema de la campaña y han puesto a disposición de la plataforma sus propios regalos, además de los que han compartido los miembros de la comunidad. En total, a lo largo de la semana se han publicado más de un millar de nuevos regalos, que están esperando encontrar alguien a quien aportarle valor y que sepa apreciarlos, no desde el ánimo del “como es gratis, lo quiero”, sino desde la convicción del “me vendría muy bien/lo necesito, y así contribuyo a cambiar el mundo”.

La fuerza del todo viene dada por el papel que representa cada una de sus partes. Cada uno de nosotros tenemos un importante papel que cumplir para conseguir darle la vuelta al sistema y avanzar hacia un futuro más sostenible.

En este artículo se habla de:
OpiniónGreen Friday#YoNoComproYoRegalo

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