En la vida te cruzas con miles de personas. La mayor parte de ellas acaban en el olvido pero de manera excepcional y fruto de la casualidad un conjunto muy selecto te marcan y te acompañan durante el resto de la travesía, y es por ellas por las que la vida merece la pena ser vivida. Jordi ha sido una de esas personas que ha hecho que mi vida sea mejor, más alegre, más sincera y en definitiva más pura. Su carácter transgresor, su alegría, espontaneidad y generosidad provocaban en los que nos acercábamos a él un afecto casi inmediato. Tenía una capacidad única de romper esquemas por comportarse como realmente era, dejando al margen los condicionamientos sociales, lo políticamente correcto. Comportarse así es un privilegio al alcance de unos pocos elegidos en un mundo regido por dogmas, tendencias, envidias y ambiciones. Un mundo en el que las apariencias en base a estereotipos impuestos ocultan a la persona y convierten a las relaciones sociales en algo estéril.
Sé que se ha escrito mucho sobre Jordi durante estos días. No he leído nada, necesitaba mantenerme al margen, tomar distancia. Sigo en ese proceso aunque me veo obligado a escribir estas letras en memoria de mi amigo que siempre permanecerá en mi recuerdo. Espero que podamos mantener su legado, que más allá de diarioresponsable, fue unir a mucha gente de diversa condición, edad o ideología en torno a él y que entre nosotros surgiese cariño y afecto premiando a la persona sobre cualquier otra condición o circunstancia.
Te echaremos mucho de menos.