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“Si volviera a nacer me gustaría ser hombre”. Esta fue la frase que surgió durante un café con una compañera de trabajo. Y sin menospreciar ninguna de las cualidades de nuestros colegas, he de confesar que me produjo cierta tristeza.

Creo que en parte este comentario es fruto  de  la autoexigencia y los propios listones, a veces muy altos, que nos pone la sociedad e incluso que nos autoimponemos las mujeres y que en ocasiones nos bloquea. ¿El motivo? Yo defiendo que es muy cultural y que aunque está muy arraigado en nuestra mente por muchos años de historia, poco tiene que ver con el género. Y por ello, estoy convencida de que podemos modularlo, siendo conscientes de ello y teniéndolo presente en nuestro día a día.

Merece la pena seguir aportando todo lo que sabemos en nuestros trabajos pero desde otro sitio, desde un lugar en definitiva mas libre y con menos preocupación, como anhelaba mi compañera durante el café.

Como diría Borges “Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más“. Y yo digo: si pudiera vivir nuevamente mi vida, querría otra vez ser mujer.

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Opiniónmujeres orgullosasigualdad de género

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