Con la reciente entrada en vigor del Acuerdo de París sobre el cambio climático, que establece las acciones urgentes por el clima en el contexto del desarrollo sostenible, las empresas del sector deben establecer una hoja de ruta con acciones y compromisos para la descarbonización del sistema energético. En definitiva, el sector se enfrenta a un gran desafío en los próximos años – se debe asegurar el acceso universal a energía asequible, fiable, sostenible y moderna (Objetivo 7 de Desarrollo Sostenible).
Algunas de las grandes empresas del sector de la energía en nuestro país ya están dando pasos para conseguir este objetivo – analizando los riesgos y oportunidades climáticos e implantando planes de mitigación y adaptación al cambio climático.
De hecho, y tal y como nuestro estudio sobre el reporting de sostenibilidad en las empresas del IBEX35 señala, el sector de la energía obtiene en media, la puntuación más alta – logrando un 63%. El líder de este sector – Iberdrola – logra una puntuación de 70% obteniendo la tercera posición de nuestro ranking.
Si analizamos a las empresas del sector en más detalle, observamos cómo en general se obtiene una puntuación muy elevada en las secciones de Medición, Reporting y Verificación y en la de Engagement.
En la primera, analizamos la transparencia, el rigor y la adhesión a marcos de reporting reconocidos. En la sección de Engagement, evaluamos a las compañías según los esfuerzos y acciones llevadas a cabo para conectar con cada uno de sus grupos de interés en asuntos relacionados con la sostenibilidad, así como el alcance de este diálogo.
Sin embargo, echamos en falta un mejor desempeño en áreas como la estrategia y la innovación. Aunque se observa un incremento en el número de productos y servicios bajos en carbono y se están dando pasos para reducir el porcentaje de carbón del mix energético, aumentando el de renovables, éste sigue siendo insuficiente. Además, en general, los objetivos de reducción de emisiones no son lo suficientemente ambiciosos como para cumplir con los compromisos nacionales post-COP21. De hecho, únicamente dos compañías del sector – Iberdrola y Gas Natural Fenosa – se han comprometido a establecer objetivos de reducción de emisiones en base a la ciencia.
Nuestro análisis también pone de manifiesto algunas áreas de foco en el sector:
En definitiva, aunque se está progresando, la velocidad de actuación continúa siendo insuficiente si tenemos en cuenta el desafío al que nos enfrentamos.
Ante este nuevo entorno, las compañías deben desarrollar una estrategia de sostenibilidad que vaya más allá de la medición y reporting o del cumplimiento legislativo. Tanto si esto conlleva el establecimiento de unos objetivos de reducción ambiciosos o la definición de una estrategia de compromiso con toda la cadena de valor para abordar conjuntamente los desafíos del cambio climático, las compañías del sector deben prepararse para la transición hacia una economía baja en carbono a través de la integración de la sostenibilidad en el centro de sus modelos de negocio .
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