Incluso nuestros gobiernos han tomado decisiones tan “anti RSC” como:
Y la sociedad, como conjunto, no está respondiendo a “estas fechorías”
Convendremos que en toda sociedad han de existir unas normas éticas (pocas pero clarísimas) de convivencia en base a las cuales se “regula” la relación social.
Cuando reflexiono sobre este tema, me rejuvenezco, me acuerdo del Catecismo que seguíamos en nuestra clase de Religión en el colegio. Parafraseando (y adaptando) una pregunta del catecismo que siempre me impactó; ¿Qué es la sociedad (Iglesia)?. La sociedad (Iglesia) somos todos.
Hasta finales del siglo XX se ha seguido básicamente una ética basada en el Cristianismo. En efecto, y excluyendo la parte puramente religiosa:
Estoy convencido que esta ética es común a todas las Religiones, todas disponen de unas normas éticas similares.
Quizás debido a la propia evolución social, quizás por planteamientos demasiado teóricos y alejados de la realidad de las élites del Cristianismo, este referente moral ha perdido su vigencia, siendo sustituido por el “relativismo moral actual”.
Este relativismo nos permite, desde el punto de vista colectivo “rasgamos las vestiduras” ante los deplorables y numerosos casos de corrupción, que sin duda deben de ser perseguidos con dureza, pero, de forma simultánea y en el ámbito individual, convertir a España es uno de los países donde, en proporción, la población menos contribuye a mantener nuestro estado del bienestar (alto nivel de la economía sumergida).
Reconozco que me aterra el caso Alemán en los años 30 del siglo pasado, por falta de unas “reglas éticas correctas” un país culto, industrial, inteligente, desarrollado, generó el nazismo.
Pienso desde mi ignorancia que una ruta para encontrar los referentes éticos es a través de la Responsabilidad Social Corporativa. Veamos porqué. La RSC tiene como objetivo la sostenibilidad económica, social y medioambiental con el fin de legar a nuestros hijos un mundo igual o mejor.
Y la única forma de lograr esta meta es generando unos principios éticos (reitero pocos y muy claros), que desarrollen unos valores que deseamos nos caractericen como sociedad y que nos van a permitir generar confianza.
Por ello deseo dar las gracias a Diario Responsable y a todos los autores por su esfuerzo en tratar de generar esta nueva cultura así como por la claridad en las exposiciones.
Tenemos que saber aprovechar este conocimiento que generosamente comparten para ser cada día más activos en su trasmisión con el fin de afianzar unos principios éticos.