Me entristezco estos días de nuevo por un tema que ya comenté por aquí y es el desamparo y maltrato a los refugiados, tema del que ya hablé aquí
Si buscáis noticias sobre ello encontraréis noticias que ponen los vellos de punta. Me llama mucho la atención que Cardiff acaba de retirar la obligación de llevar una pulsera de color púrpura a los refugiados y a los refugiados que esperaban asilo. Además algún iluminado pensó que era buena idea pintar las puertas de las casas y pisos que ocupaban, también en Cardiff.
Seguimos con los recuerdos del pasado, de un pasado muy cercano y recogido históricamente con pleno detalle y se actualiza con la, recién aprobada enDinamarca, ley para confiscar bienes, que también obliga a llevar un libro registro con los bienes de la persona. Ai Weiwei, el artista chino, acaba de clausurar dos exposiciones suyas en Dinamarca en apoyo a tan discriminatoria ley aprobada por nuestros vecinos europeos.
Suiza, por cierto, es otro de los países donde se aplica la medida confiscatoria.
Pero quien debería ser un modelo no lo está siendo, Alemania, donde la medida confiscatoria para los refugiados está aprobada desde hace mucho tiempo en varios de sus Estados, y es que la memoria (histórica) le empieza a fallar. Sin embargo a nosotros que no nos falla reconocemos al menos dos artículos de los Derechos Humanos que se vulneran estos países claramente.
El Norte de Europa, es ejemplo en muchas cosas, todos estamos acostumbrados a leer las bondades de sus sistemas educativos, ayudas sociales, conciliación familiar y un sinfín de medidas envidiables, que como dice alguien que tengo cercano “quién va a vivir bajo cero si no dan ayudas y no tienen esas oportunidades”, pero aunque no le falte razón nos vamos del tema.
El asunto que preocupa es la facilidad que tiene la Europa del Norte (casi toda a excepción de España, Portugal, Grecia e Italia… los llamados Pigs…y clarifico que no me refiero a países Nórdicos si no a la diferencia despectiva como se nos califica a la Europa del Sur, por lo que existe una del Norte), para el florecimiento de la extrema derecha y para la adopción de medidas radicales y discriminatorias y además, las vean dentro de la normalidad. Incluso Francia, mucho más abierta y multirracial, también sufre de este radicalismo cada vez que una crisis arrecia, con lo que tenemos que el problema de la tendencia al extremo (derecho) no es cosa exclusiva de quien no recibe inmigración, pero desde luego que los que la recibimos, tenemos más camino andado en la integración y no discriminación. Que no digo que nuestras sociedades sean perfectas, conocemos uno y mil casos de gente que dice eso de “a los inmigrantes hay que ayudarles…pero…” y aun así vemos incomprensible que ciertas leyes se aprueben.
Que no ocurra en Dinamarca, Suiza y Alemania lo mismo que en el pasado que nadie quiere recordar, y no se empiecen a hacer tablas de “tantos refugiados equivale a tanto oro”, porque ya sabemos lo siguiente.
Investigador predoctoral en la línea de investigación de ética de la economía y la empresa.