Se ha instalado en las escuelas el tema del Bullyng, que no es otra cosa que la intimidación o acoso, poco se habla aun del tema en el mundo de las empresas y está pasando a diario frente a nosotros muchas veces con actitudes que tenemos incorporadas y prácticamente no llaman la atención siempre y cuando no seamos las víctimas directas.
No son necesarios los gritos para que exista la intimidación, en oportunidades con una mirada del jefe genera un nudo en el estómago al empleado. Es común que al ingresar un gerente o dueño, se genere un clima diferente, se expanda una energía de temor y cambie el clima inmediatamente. Si bien se da mucho esta intimidación por parte de personas que ejercen poder sobre otras por una cuestión de rangos, sin embargo se da entre pares, en bromas repetitivas, en la utilización de sobrenombres, la degradación con frases agresivas persistentes como: “justifica tu sueldo”, “piensa con que le vas a dar de comer a tus hijos si te despido”, “por más que llores, las cosas se deben hacer como yo digo”, “ ¿Te das cuenta lo inútil que sos?”, “Nunca vas a llegar a ser algo”. Muchas personas devalúan constantemente a otras, ya sea en público o privado.
En oportunidades se genera desde la cultura organizacional el ambiente propicio para que se habiliten acciones de intimidación. Esto se hace cuando en la organización se ponen metas incumplibles, objetivos que los empleados no pueden lograr o cuando se plantean todos los objetivos desde la competencia entre los empleados. Cuando no se fomenta la cooperación. Se da cuando hay un empleado de rendimiento muy bajo del mismo modo que lo sufre uno que sobresale demasiado en su rendimiento. Esto se acentúa cuando se marca constantemente desde la gerencia la diferencia entre los buenos y malos empleados.
En la empresas hay que modificar muchas acciones para evitar que se estimulen estas prácticas promovidas desde la cultura organizacional, para ello hay que abrir mecanismos de prevención, fomentar la cooperación, la inclusión y sobre todo abrir y garantizar canales de dialogo para que las personas que sufren este tipo de intimidación puedan hablar. Las victimas del acoso laboral son reticentes a denunciar, por vergüenza, por miedo a represalia, los testigos muchas veces no se involucran porque creen que no es su tema.
Como cabeza de la organización, lo que puedo hacer es habilitar el dialogo, dejar sin efecto poderes o permisos otorgados a jefes de sección. Algunas veces se da a la inversa y un grupo de empleados acosan a un gerente.
Dese la posición de víctima, lo principal es hacer consciente y aceptar que está siendo intimidado, buscar mecanismos de dialogo, en muchas ocasiones como cuando quien acosa es el dueño, para salir de ese sitio de víctima, la solución es abandonar la empresa.
Siempre hay otra opción.