¿Cómo pretendemos resolver problemas del siglo XXI con herramientas del siglo XX? Tal y como señala Peter Gleick, si hay algo que las últimas décadas de investigación dicen de los grandes retos mundiales de la sostenibilidad es que necesitan de soluciones integrales. Debemos integrar esta vía en todas las disciplinas, campos de estudio, conjuntos de datos e instituciones. Hay que darle voz al valor de la comprensión y al control de los impactos en todas sus vertientes buscando nuevas formas de integración de sistemas para la sostenibilidad mundial.

Frente a esta situación lleva años sonando el término "economía circular", cuya definición dada por la fundación de nombre homólogo se podría resumir como la intersección de los aspectos ambientales y económicos. La fundación para la Economía Circular declara en su página web que "el sistema lineal de nuestra economía (extracción, fabricación, utilización y eliminación) ha alcanzado sus límites. Se empieza a vislumbrar, en efecto, el agotamiento de una serie de recursos naturales y de los combustibles fósiles. Por lo tanto, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los stocks y los flujos de materiales, energía y residuos y su objetivo es la eficiencia del uso de los recursos".

Cada día toma más fuerza el axioma de que "no es desarrollo si no es sostenible". En las escuelas de negocios es frecuente escuchar temas relacionados con la "ecologización de las empresas", puesto que muchos están empezando a ver que el verde no es una tendencia de moda o una forma políticamente correcta de hacer negocios, sino que va a ser la única forma de hacer negocios en el futuro. Aunque por ahora la ley no lo ampare, en un futuro no muy lejano si un negocio no es ambientalmente viable o no garantiza la justicia social se considerará insostenible.

"El estado de los negocios verdes 2015" es un documento publicado por el Grupo GreenBiz en asociación con Trucost, una firma de investigación que se centra en los indicadores de capital y de sostenibilidad naturales. En esta octava edición del informe podemos ver una evaluación anual del desempeño ambiental de empresas de todo el mundo junto con las tendencias a tener en cuenta el próximo año. Los más destacable es la conclusión de que el riesgo empresarial es cada vez mayor, puesto que los esfuerzo que las empresas están aparentemente haciendo para integrar la sostenibilidad en sus operaciones no es ni de cerca suficiente.

Frente a esto no se necesita integrar aspectos sostenibles en las operaciones, sino un cambio radical en la forma de hacer de las empresas. Megan DeYoung, director de Ciudadanía Corporativa declara que "las empresas que se beneficiarán de la economía circular serán aquellas que sean más rápidas de moverse más allá de las excusas y de los pasos incrementales". Es decir, se debe hacer una inversión en I+D acorde con la situación, que busque una optimización de los recursos completamente innovadora y revolucionaria hoy en día. Las empresas no deben ver esto como un riesgo, sino como una oportunidad para superarse y devolverle al mundo los recursos que el mundo le da de una forma completamente nueva. Chris Sherwin, jefe de sostenibilidad de la empresa Seymourpowel, cree que "la mejor manera de prepararse para un futuro incierto es poner delante de los riesgos futuros a equipos de I + D y desarrollo de productos de las empresas, que debe empezar a ver estos riesgos como las oportunidades de innovación. Hace dos o tres años pensé que iba a haber una nueva ola de sostenibilidad impulsada por la innovación, pero no ha llegado de la forma que yo había esperado. Incluso los verdaderos líderes todavía están diseñando, fabricando y vendiendo la mismas cosas hechas de manera ligeramente más sostenibles en lugar de pensar en las nuevas cosas que tienen que hacer. Conceptos como la economía circular están empezando a cambiar ese pensamiento, pero no está sucediendo ni de lejos tan rápido como yo había pensado y esperado".

A primera vista parece que la economía circular supone renunciar a ciertos beneficios, pero sin embargo las ventajas que tiene son muchas. Los 4 beneficios principales que encontramos son los siguientes:

1) Optimización en el uso de materiales: la explotación de la reutilización, refabricación y renovación de materiales dentro de la cadena de valor puede conducir a un importante ahorro de costes y a una menor dependencia de los recursos.

2) Aprovechar nuevas fuentes de ingresos: una empresa puede transformar su producto o servicio, repasando la forma de hacer negocios y su relevancia en el mundo actual, pudiendo identificar nuevos nichos de mercado o nuevas fuentes de ingresos.

3) Mejora de la relación con los grupos de interés: siendo más eficaz en el uso de recursos la empresa se presenta como una empresa responsable que se preocupa por la sociedad creando impacto más allá de su cadena de valor.

4) La mitigación de los riegos frente a cambio de políticas: la Unión Europea Comisión publicó recientemente una comunicado en el que declara su apoyo a la economía circular, mediante el establecimiento de un objetivo no vinculante de productividad de los recursos para los estados miembros. La puesta en marcha de las políticas globales señala que política está cambiando, por lo que las empresas que estén alerta a los cambios regulatorios están mitigando los shocks de futuras obligaciones legales.

Sin embargo, sin ánimo de obviar las dificultades, vamos a exponer algunos desafíos a los que se enfrenta la economía circular, como pueden ser la necesidad de señales más claras por parte de los gobiernos para transformar el sistema actual, el desarrollo de habilidades empresariales básicas para impulsar esta estrategia, la transformación de las percepciones de la mayoría de altos directivos y políticos y la actualización del marco legal. A su vez también se necesita de la colaboración de la comunidad financiera para comprender el cambio hacia estas prácticas, aunque datos publicados recientemente en un informe de la Asociación Mundial de Inversión Sostenible confirman que la inversión sostenible global alcanzó los 21,4 billones de dolares frente a los 13.300 mil millones de hace dos años.

Y por último y no por ello menos importante, se necesita un cambio de comportamiento de los consumidores. Los esfuerzos empresariales hacia una economía circular requieren el impulso en masa de la sociedad, que sea quien reclame estos cambios y que promulgue la idea de que " no es desarrollo si no es sostenible".

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