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La relación entre la universidad y la empresa en cuanto al aspecto de la transferencia de conocimiento ha sido el tema elegido para el último Seminario de Ética Económica y Empresarial, que ya alcanza su vigésima cuarta edición. Para ello contamos con la presencia del científico Daniel Ramón Vidal.

El excatedrático de tecnología de alimentos de la Universitat de València nos habló sobre el problema de la transferencia, luego la situación actual en España y en Europa, y por último del caso de Biopolis –empresa de biotecnología de alimentos en sentido amplio– de la cual es Director Científico y el Consejero Delegado.

El núcleo de la cuestión se trata de la maduración de las ideas. Inicialmente son desarrolladas en los centros de investigación y luego transferidas a las empresas para su potenciación y producción. “Mientras haya más cercanía entre la Universidad y la empresa, mejor” para la producción científica, nos comentaba Daniel Ramón.

“Hay ciencia mal hecha y bien hecha, la mal hecha no es posible aplicarla” explicaba nuestro ponente en cuanto a una de las aristas del problema de la transferencia. En este sentido “no hay diferencia entre ciencia básica y ciencia aplicada”, agregó. En España se hace muy buena ciencia pero existen muchos problemas burocráticos, “no estamos sabiendo transferir como país”.


Ni las empresas ni las instituciones privadas han querido apostar por la ciencia, a diferencia de países como Dinamarca, Holanda, Alemania, Noruega, Francia, e incluso Portugal, que aún estando en plena crisis, han aumentado su inversión en I+D. “Se generan infraestructuras pero no se hacen locuras […] para estos países la ciencia es una cuestión de Estado”.

Los tres aspectos claves para tener una inversión científica sana son: primero, apostar por algo más que la generación de conocimiento de alta calidad; segundo, que el entorno empresarial sea valiente y se arriesgue a invertir en los proyectos científicos; tercero, que los políticos estén dispuestos a apostar también, aumentando los presupuestos para I+D y eliminando las barreras para la integración pública y privada.

Nuestro conferencista destacó que el secreto del éxito de Biopolis y de otros centros investigación europeos ha sido enfocarse no en las ideas, sino en las personas que son las que desarrollan las ideas. Daniel Ramón cerró su presentación con una cita de Marie Curie “a lo desconocido no hay que tenerle miedo sino entenderlo”.
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