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Aún estamos digiriendo las novedades que ofrecen las nuevas directrices del GRI para la publicación de informes de sostenibilidad y ya se van perfilando algunas de los progresos que suponen frente a las directrices G3.1.

Son mejoras en el reporte de asuntos relacionados especialmente con la ética y la integridad, así como al peso que tiene la materialidad (relevancia) de los asuntos a lo largo de la cadena de valor de la empresa, que también adquiere especial importancia.

Además, se introducen o se modifican algunos indicadores para completar los que ya existían.

Personalmente pienso que, aunque siempre es difícil contentar a todos los grupos de interés, las nuevas directrices son un paso adelante para conseguir más transparencia, y hacia unos informes que hablen de cosas que realmente importan.

Pero me gustaría centrarme en un nuevo indicador que forma parte de los asuntos referentes al gobierno de la empresa. Concretamente éste es el indicador G4-54 que, a falta de la traducción oficial al castellano, traduzco libremente como:

 “Informar sobre la relación entre el salario anual que recibe la persona mejor pagada en cada país con operaciones significativas y el salario medio anual de todos los empleados (excluyendo a la persona mejor pagada) en ese mismo país.”

 Este indicador parece inspirado en el libro “La Economía del Bien Común” de Christian Felber que aboga por una limitación de la relación entre el salario de la persona mejor remunerada y el salario mínimo de la empresa. Las nuevas directrices no apuntan a una relación máxima del tipo “el salario de la persona mejor pagada debe ser como máximo x veces el salario de la persona peor pagada”, pero sí que va un poco en esa dirección porque pone negro sobre blanco los desequilibrios abismales en remuneración.

 Estoy ansioso por ver los primeros informes de empresas que incluyan esta información y ver cómo se explican cantidades astronómicas que a veces son difícilmente justificables, independientemente de las mayores responsabilidades que deban afrontar los grandes directivos.

 Seguiremos desmenuzando las implicaciones de las nuevas directrices tanto para las empresas como para los grupos de interés.

 

Juan Villamayor

Consultor RSC

http://juanvillamayor.com

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Opinión

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