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En 1987, en plena expansión del paradigma PC, el premio Nobel de Economía Georges Solow formuló su conocida paradoja: “Las TIC aparecen en todas partes excepto en las estadísticas de productividad”. De modo más o menos explícito, esta cuestión se replantea cada vez que las tecnologías entran en un nuevo ciclo de evolución.

La introducción a gran escala de Internet propició la eclosión de una ‘nueva economía’ de alta productividad y la emergencia de nuevos modelos de negocios basados en la Web. Por el contrario, el pinchazo de la ‘burbuja’ tecnológica en el año 2000 puso de manifiesto hasta qué punto algunas de las expectativas generadas eran irrealistas o cuanto menos algo más difíciles de materializar de lo esperado. El balance de esa primera ola de crecimiento en cuanto a su impacto en las empresas fue en conjunto desigual, con éxitos y fracasos igualmente espectaculares, y también con sectores económicos que durante años continuaron funcionando esencialmente como si Internet no existiera. 

La emergencia durante estos últimos años de las redes sociales y otras plataformas basadas en contenidos generados por los usuarios (las denominadas ‘social media’) vuelve a poner de actualidad esta cuestión. Quizá hará falta un tiempo para discernir con claridad si se está o no formando una nueva burbuja tecnológica, si se trata sólo de una moda o si estamos ante un cambio real de paradigma. Hará también falta identificar en qué actividades y sectores de negocio tendrán las redes sociales un mayor impacto sostenido a medio plazo. Pero si esperamos a que la nube de polvo se asiente, entonces lo único que veremos será, a mucha distancia, la espalda de quienes se adelantaron a explorar este nuevo instrumento. 

Las empresas pueden en la actualidad, a través de la web, los blogs o las redes sociales, acceder a nuevos mercados, saber lo que opinan sus clientes de los nuevos productos que presentan, segmentar a su base de clientes y pueden saber lo que hace la competencia. Pueden también informar instantáneamente a sus clientes y atender a nuevas necesidades. Cabe preguntarse no obstante, si las empresas optimizan el uso de la red, si saben cómo utilizarla y si mejora realmente su rendimiento y producción.

Además los jóvenes (los futuros profesionales) que salen ahora de las universidades y se incorporan al mundo laboral tienen una nueva forma de trabajar. ¿Cómo casa la mentalidad actual de la empresa con el nuevo profesional? Y ¿El rendimiento?, ¿Mejora esta nueva forma de “hacer” la productividad de las empresas?

Queda abierto el debate online y el próximo día 21 os esperamos en Barcelona para la jornada presencial. ¿El tema? Redes Sociales y Creación de Valor.

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