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El impacto que han tenido en los últimos tiempos algunos escándalos, ha desatado en las agendas de las empresas una especial preocupación por medir y desarrollar herramientas orientadas a controlar el riesgo reputacional. 

 

Producto de este interés, el Foro de Reputación Corporativa y el Instituto de Empresa organizaron el primer executive de Reputación Corporativa  impartido en España, sobre el que me propongo compartir algunas reflexiones:

 

La primera reflexión y desde un enfoque estratégico, tan importante es incorporar de una forma equilibrada las expectativas de nuestros grupos de interés, como medir su percepción respecto a los compromisos que asumimos y a nuestro comportamiento. Probablemente y a riesgo de simplificar, podría decirse que la identificación de expectativas, compromisos que asumimos y comportamiento correspondería al ábito de la RSC, y la percepción de lo que hacemos por parte de los grupos de interés correspondería a la Reputación Corporativa. Las dos caras de la misma moneda, en la que tan importante es una como la otra y en la que se pone de relieve la importacia que adquiere estar cerca de los grupos de interés.

 

La segunda reflexión es diferenciar aquellos riesgos reputacionales que puedan surgir del propio desempeño de la empresa (riesgos operacionales), del riesgo reputacional que pueda surgir por traicionar los valores y principios que conforman la cultura de una empresa. Respecto a los primeros, poco hay que añadir salvo la importancia que adquiere una revisión continuada de los procesos y sistemas de gestión orientados a la mejora del desempeño. En cuanto a los segundos, probablemente sea fácil comprender que son mucho más relevantes y al mismo tiempo mucho más dificiles de controlar. En este sentido cobra mucha importancia los códigos de conducta y los sistemas que las empresas diseñen para tratar posible posibles denuncias por su incumplimiento.

 

La tercera reflexión va orientada al carácter transversal que al igual que la RSC , la RC adquiere para el conjunto de la organización. Consecuentemente si estamos de acuerdo en esta afirmación, es fácil comprender que  la la responsabilidad y la reputación coporativa es cosa de toda la organización por lo que se requiere su total implicación.

 

Por último, la importancia que adquieren las nuevas tecnologias como herramientas para identificar y prevenir riesgos reputacionales a través de las redes y medios sociales. En este sentido tan solo cabe recordar que no es lo mismo gestionar un problema que haya podido ser detectado a tiempo, que intentar gestionar una crisis reputacional por no haber sabido dar respuesta en tiempo y forma en el preciso momento. 

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